Colombia vota hoy entre la guerra y la reconciliación

Más de 85.000 colombianos pueden votar desde España sobre el acuerdo del Gobierno de Santos con las FARC. Lugo es uno de los puntos habilitados
Colombia, durante los preparativos para el plebiscito
photo_camera Colombia, durante los preparativos para el plebiscito

Los colombianos están llamados a votar este domingo en un plebiscito para ratificar o rechazar el acuerdo de paz que el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron el ya histórico 26 de septiembre para zanjar la guerra más antigua del hemisferio occidental. "¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?", es la pregunta a la que los colombianos deberán responder con un simple sí o no, valorando en bloque los textos de La Habana.

El umbral mínimo de participación para que el plebiscito sea válido está en el 13 por ciento del censo electoral, formado por 33 de los 48 millones de habitantes que tiene Colombia, por lo que solo se requieren 4,5 millones para que el acuerdo de paz sea aprobado o rechazado. Este censo electoral incluye a los cerca de 600.000 colombianos que están habilitados para votar en el extranjero. Más de 85.000 podrán hacerlo en España entre las 8.00 y las 16.00 en las 193 mesas de votación repartidas por los consulados en Madrid, Barcelona, Valencia, Albacete, Valladolid, Sevilla, Bilbao, Lugo, Palma de Mallorca y Gran Canaria.


Los últimos sondeos sobre intención de voto, publicados esta misma semana, auguran una victoria del sí


SONDEOS. Los últimos sondeos sobre intención de voto, publicados esta misma semana, auguran una victoria del sí. Ipsos ha pronosticado que el 66 por ciento de los colombianos apoyará el acuerdo de paz, mientras que Cifras & Conceptos apunta a un 62 por ciento. El problema es la participación. Según Ipsos, solo el 40 por ciento de los electores ejercerá su derecho al voto en el plebiscito, dato que Cifras & Conceptos rebaja al 37 por ciento, aunque en ambos casos sería válido por el reducido umbral que han acordado las partes.

Este es uno de los principales caballos de batalla de la campaña por el no, que critica que el Gobierno prácticamente ha hecho desaparecer el requisito de la participación mínima al situarla en el 13 por ciento, cuando en un principio se barajaba el 25 por ciento. "Lo que pasaba con ese umbral era que la gente que no le gusta el plebiscito salía a decir no voto y para obligarlos a decir que no (...) lo ponemos en el 13 por ciento", explica el senador Armando Benedetti, uno de los ponentes del proyecto de ley para el plebiscito.

Otra de las críticas opositoras es la formulación de la pregunta. El Centro Democrático, partido político del ex presidente Álvaro Uribe, considera que es una pregunta "trampa" porque no plantea la disyuntiva de aprobar o rechazar el acuerdo, sino de decidir entre paz o guerra. "La pregunta que se le hace al pueblo es si aprueba o no el acuerdo final, no es una pregunta retórica sobre si los colombianos quieren o no la paz, sino sobre si apoyan o no el acuerdo final", ha defendido Santos. "No es una pregunta confusa", sostiene.

¿Y DESPUES QUÉ? La discusión sobre la pregunta esconde en realidad un debate más profundo sobre qué ocurrirá una vez conocido el resultado de la consulta popular, especialmente si los colombianos tumban lo negociado durante los últimos cuatro años en la capital cubana. El escenario tras el sí ofrece pocas dudas. El acuerdo de paz cobrará plena vigencia, aunque algunos puntos comenzaron a aplicarse desde el 24 de agosto, cuando se cerró el texto definitivo, como la movilización de los guerrilleros hacia las zonas de concentración; o desde el 26 de septiembre, cuando tuvo lugar la firma solemne, como el proceso de desarme.

En cambio, la hipótesis del no plantea un futuro incierto. "Esto sería catastrófico", ha advertido Santos, explicando que, en este caso, "volvemos a lo que teníamos al comienzo de este Gobierno: volvemos al conflicto armado".