El papa Francisco y el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé visitarán la isla de Lesbos, foco de la crisis de refugiados, los días 14 y 15 de abril, según informó el Gobierno griego. El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, y el arzobispo de Atenas, Jerónimo, los acompañarán en este viaje, con el que los líderes de ambas iglesias quieren honrar los esfuerzos de los griegos en la gestión de la crisis.
Según informó a Efe el portavoz del arzobispo, Jaris Konidaris, los tres religiosos visitarán el centro de detención de Moria, en el que hay más de 3.000 personas en espera de que se procese su solicitud de asilo o de ser deportados a Turquía. Allí comerán con los refugiados y celebrarán un acto de homenaje a las víctimas que han dejado sus vidas al tratar de llegar a Grecia.
Comerán con los refugiados y homenajearán a los que han dejado sus vidas al tratar de llegar a Grecia
En un comunicado, el Ejecutivo heleno recordó que tanto Francisco como Bartolomé han puesto repetidamente de relieve "la necesidad de mostrar solidaridad y han mostrado su rechazo a políticas xenófobas e inhumanas de fronteras cerradas". De hecho, durante el reciente mensaje de Pascua el sumo pontífice criticó a quienes no asisten a los refugiados, condenó el terrorismo y deseó que la esperanza vuelva a Siria y a las personas que sufren en ese país.
La visita se producirá diez días después de haber comenzado las primeras deportaciones de inmigrantes a Turquía, en virtud del acuerdo entre la Unión Europea y el Gobierno de Ankara, por el que este lunes fueron devueltas 202 personas, en su mayoría paquistaníes y afganas. El viaje surge después de que en marzo Jerónimo enviara una carta a las instituciones comunitarias, a las iglesias ortodoxas, al consejo Mundial de Iglesias y a los líderes de las demás iglesias cristianas para sensibilizarles sobre el problema de los refugiados.
En respuesta, Jerónimo fue informado por las autoridades del Vaticano de que Francisco proponía "viajar a una isla del mar Egeo, en una visita de pocas horas, sin protocolo y por razones estrictamente humanitarias", según comunicó la Iglesia ortodoxa griega.
