El Tratado de Lisboa recibe una de cal y otra de arena

El presidente checo Vaclav Klaus (Foto: EFE)
photo_camera El presidente checo Vaclav Klaus (Foto: EFE)

El mismo día en que el presidente de la República Checa, Václav Klaus, anunciaba su intención de no firmar el Tratado de Lisboa en sintonía con la decisión de su homólogo polaco, Lech Kaczynski, el parlamento de Chipre daba una pequeña alegría la presidencia europea de Sarkozy al ratificar el acuerdo, aunque sin la unanimidad de la cámara.

En contra votaron 17 de los 18 miembros del principal partido de la coalición de Gobierno chipriota, mientras el únicos de los representantes de los ecologistas se abstuvo.

A favor se manifestaron 31 diputados, los del partido conservador de la oposición DISY, el centrista DHKO -también de la coalición, el socialista EDEK y el recién constituido EVROKO. Siete parlamentarios estuvieron ausentes del hemiciclo durante la votación.

''Estar en desacuerdo no es ser antieuropeísta''
En el debate previo a la votación de varias horas, el representante de AKEL Pambos Kiritsiss opinó que "los ciudadanos tienen otras espectativas de la UE", como la mejora de la calidad de la vida, la estabilidad y las ventajas para los trabajadores.

Explicó que esa es la causa principal por la que su partido se negó a apoyar el Tratado, si bien, destacó que "estar en desacuerdo no significa ser antieuropeísta".

Por su parte, Nikos Anastasiades, el líder opositor del DISY, dijo que con el "sí" al documento su partido permite a Chipre "enviar un mensaje positivo al resto del Europa" después del rechazo que recibió el Tratado en el referendum irlandés.

Las reservas de la República Checa
Hasta ahora los parlamentos de 22 países -entre ellos España- han ratificado el acuerdo, pero el 'no' de Irlanda despertó las reservas de algunos estados a continuar con el proceso. Primero fue Polonia y ahora la República Checa. Si hace unos días era Lech Kaczynski  el que se negaba a ratificar el Tratado de Lisboa, ahora le llega el turno al otro gran euroescéptico del Este, el presidente checo Václav Klaus.

Klaus cree que es imposible continuar con la ratificación del Tratado como si nada tras el 'No' irlandés y considera la "postura del presidente Kaczynski sobre el Tratado de Lisboa muy razonable y próxima a la mía".

Praga tenía previsto ratificar el documento antes del 1 de enero de 2009, precisamente cuando tomará el relevo de Francia al frente de la presidencia semestral de la Unión, por lo que si Francia no es capaz de darle impulso, Lisboa podría quedar hibernando en un cajón.

Aún así, el jefe del Ejecutivo de coalición checo, Mirek Topolanek, quiso tranquilizar los ánimos al decir que aunque el Tratado no entre en vigor el 1 de enero del 2009, "no por ello la presidencia checa de la UE será de menor valor".

Aviso de Francia
Sarkozy había presentado la ratificación del Tratado de Lisboa -que él mismo había impulsado tras el fracaso de la Constitución- como un tema prioritario de su presidencia. Ya la semana pasada, el ministro de exteriores francés adviritió a la República Checa que seguir el camino de Polonia sería contraproducente, ya que la UE no se adaptaría a las necesidades surgidas tras la ampliación.

Además, si Lisboa se queda en el 'limbo de los justos' la entrada de Croacia en la UE -defendida por la República Checa- quedará seguramente paralizada, ya que necesita la unanimidad de todos los socios. Francia y otros países miembros podría en este caso oponerse si el Tratado no sigue adelante.