Trump, "orgulloso" de lanzar la bomba

EE UU exhibe su fuerza con la 'madre de todas las bombas' y eleva el clima de tensión mundial

Trump de muestra "orgulloso" de utilizar la GBU-43 en Afganistán, donde murieron 36 miembros del Estado Islámico según el Gobierno afgano ► El Pentágono difunde el vídeo de la explosión

El bombardeo en Afganistán con el proyectil GBU-43, apodado la madre de todas las bombas, ha acabado con una estratégica base del Estado Islámico (EI) y la vida de al menos 36 de sus miembros, aunque autoridades locales en la provincia de Nangarhar hablan ya de al menos 92 muertos. Su lanzamiento, autorizado expresamente por Donald Trump, supone un giro en su política exterior y se ha leído en clave internacional como una muestra de fuerza estadounidense más que como un ataque a un objetivo potencialmente peligroso.

El resultado inmediato del lanzamiento de la bomba, que el Pentágono difundió este viernes a través de un vídeo en el que se percibe la explosión, fue una escalada de la tensión mundial. Rusia ya ha respondido asegurando que tiene "el padre de todas las bombas", un proyectil cuatro veces más potente que el de Estados Unidos. Y en la península coreana crece el temor ante la posibilidad de que Pyongyang lleve a cabo en las próximas horas un ensayo nuclear como respuesta a las últimas demostraciones de fuerza de Estados Unidos.

BAILE DE CIFRAS EN AFGANISTÁN. Aunque el Estado Islámico (EI) negó a través de la agencia de noticias Amaq que se registraran muertos o heridos en sus filas por el ataque de Estados Unidos con su bomba no nuclear más potente, el jefe del contigente estadounidense en Afganistán, John Nicholson, cifró en 36 los miembros del Dáesh fallecidos.

"Era el arma correcta contra el objetivo correcto", indicó este viernes en rueda de prens el general, al hacer balance del bombardeo que se produjo este jueves y en el que Washington dio luz verde al uso de la bomba convencional más grande empleada desde la II Guerra Mundial.

En ese contexto, dijo Nicholson, la bomba, de 10 toneladas, se presentaba como "un arma efectiva" para acabar con un "gran obstáculo" en la lucha contra el grupo yihadista en Afganistán. Nicholson mantuvo que hasta el momento se han contabilizado 36 muertos en el ataque y subrayó, como ha venido informando el Ejecutivo de Ashraf Gani, que no se han producido bajas civiles.

El portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, precisó en la misma rueda de prensa que solo una familia vivía en las cercanías del lugar del bombardeo y que había sido evacuada pocas horas antes de la acción militar. "El área bombardeada era imposible de despejar sin esta operación y era la única opción contra esta base, ya que en una parte tenía una profundidad de cerca de 30 a 40 metros", indicó.

Además, el jefe de Gobierno, Abdulá Abdulá, indicó en Twitter que la bomba fue lanzada en coordinación entre los dos países en una zona que el EI usaba como campo de entrenamiento, depósito de armamento y base. "Muchas familias hace tiempo que fueron desplazadas del área por la brutalidad del EI", indicó, al asegurar que el Gobierno tuvo "mucho cuidado" de no causar daños entre la población civil.

CRÍTICAS. Pero también ha habido voces críticas con la operación, especialmente sonora la del enviado especial de Gani y embajador afgano en Pakistán, Omar Zakhilwal, quien, también en Twitter, calificó el lanzamiento de la bomba de "reprobable y contraproducente".
"Si las bombas grandes fueran la solución nosotros seríamos hoy el país más seguro de la Tierra", agregó.

Mucho más duro se mostró el expresidente Hamid Karzai, que condenó "vehementemente y en los términos más duros" la acción. "Esto no es la guerra contra el terror, sino el uso equivocado inhumano y más brutal de nuestro país como terreno de pruebas para nuevas y peligrosas armas", señaló.

El ataque se produjo después de que el Gobierno de Afganistán afirmara esta misma semana que el número de insurgentes del EI en el país es inferior a 400 y que el año pasado abatió a unos 2.500 miembros del grupo, lo que redujo su presencia a sólo dos de las 34 provincias afganas.

También la misión de la OTAN en Afganistán informó la semana pasada de que en los dos últimos años ha reducido a la mitad el número de miembros del grupo terrorista y en más de un 60 % el territorio controlado por el EI en el país.

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