Ruleta rusa para Giuliani

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Llega la hora decisiva para Giuliani, pero 'Rudy' la espera con más angustia de la imaginada hace tan sólo un par de meses. Por aquel entonces afilaba las dioptrías observar por el retrovisor a los rivales en las encuestas de su partido.

Confíado, Giulianii planteó con los arquitectos de su campaña una agresiva estrategia que hoy parece volverse en su contra. Miró al mapa, el dardo apuntó a Florida y decidió que los Romney, Huckabee, McCain y compañía se despellejarían por un puñado de delegados en Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur o Nevada.  Estados que hacen escasa sombra electoral a Florida, paraíso donde van a pasar su jubilación dorada decenas de miles de neoyorkinos retirados. Giuliani decidió hacer campaña en los estados ''gordos'' -California, Nueva York, Texas...- dejando las migajas para los demás.

Es 5 de diciembre y Giuliani tiene 18 puntos de ventaja sobre Romney en Florida. ¿Qué pasó para que mes y medio después el diario más importante del estado titule “Bye Bye, Rudy” y el “alcalde imbatible” se encuentre disputándole la tercera plaza a Huckabee, a mucha distancia de McCain y Romney?

Carrera plagada de errores
En el fondo, los problemas de Rudy no pillan por sorpresa a casi nadie. Ya a finales de diciembre, con su popularidad sufriendo los primeros achaques, las 'Cassandras' de turno anunciaban una debacle inevitable por la soberbia de ningunear a Iowa, New Hampshire, o Carolina del Sur. “Nadie se acordará de Giuliani cuando las primarias lleguen a Florida”, decía Terry Branstad, ex gobernador republicano de Iowa horas antes de que la carrera por las primarias comenzara. A día de hoy, no parecía faltarle razón.

Es cierto que mientras Huckabee tenía en Iowa su momento de gloria y Romney y sobre todo McCain resucitaban a golpe de votación, Giuliani iba languideciendo y perdiendo fuerza. Sin embargo, no fue el único error de su campaña.

Gran líder de la reconstrucción tras el 11-S, este católico divorciado en dos ocasiones tenía poco a su favor para ganarse el corazón de los “partisanos” de los valores cristianos, por lo que cimentó su discurso en su punto fuerte: seguridad, terrorismo, inmigración... Básicamente la política del miedo en la que se siente tan a gusto.

'Mi reino por una encuesta'

Durante demasiado tiempo Giuliani quedó mudo en los temas que día a día fueron ganando terreno en la campaña: poder adquisitivo, portección social, vivienda, sanidad...

La imagen de Giuliani también sufrió demasiados golpes en este tiempo. Para empezar, con el estallido del caso Bernard Kerik, su ex jefe de policía en Nueva York acusado de condiucta mafiosa.

El “alcalde incorruptible” (adjetivo que difícilmente puede merecer su séquito) se ganó problemas al publicarse que participa en la empresa que levanta el muro de seguridad sobre la frontera mejicana. Elemento que disgustó a gran parte de los hispanos, el 20% del electorado de Florida.

De momento, McCain encabeza las encuestas con un 33%, seguido de Romney, con un 30%. Más de 10 puntos por detrás, Giuliani le disputa la tercera plaza al pastor baptista Mick Huckabee.

La situación parece difícil, pero no todo está perdido. Si Giuliani sale noqueado de Florida, será prácticamente imposible que se levante, pero si rsurge, su carrera será relanzad con la vista puesta en el Supermartes del próximo martes 5 de febrero, donde Giuliani quiere encarnar al ave fénix republicano. Se admiten apuestas...