Hollande cree que Merkel y Sarkozy pusieron a Grecia ''en una situación imposible''

El candidato socialista a las presidenciales de Francia, François Hollande, criticó hoy a "la dirección de Europa" que personalizó en su rival, el jefe del Estado francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, por la gestión de la crisis griega.

Los europeos "hemos puesto a Grecia en una situación imposible" porque "se le han impuesto cuatro o cinco planes" de ajuste cuando lo que habría hecho falta es "un plan masivo desde el principio" y la creación de "eurobonos", señaló Hollande en una entrevista a la televisión Canal Plus.

"Lo que se ha hecho desde la dirección de Europa", a cuyo frente están Sarkozy y Merkel, "ha sido tiempo perdido para los griegos" y "un callejón sin salida" porque no está claro lo que puede ocurrir, indicó el favorito de las encuestas en Francia, cinco días después de que la canciller alemana anunciara en París que apoyará al actual presidente conservador en la campaña.

El líder socialista reiteró su intención de modificar el recién negociado tratado europeo si es elegido presidente porque ahora "es únicamente disciplina presupuestaria", y porque a su juicio hay que incorporar elementos para reactivar la actividad.

Recordó que una vez que se firme, como está programado el 1 de marzo, el tratado iniciará el proceso de ratificación y ahí "se podrá completar, mejorar".

A ese respecto, se mostró convencido de conseguirlo si gana los comicios de la próxima primavera (la primera vuelta es el 22 de abril y la segunda y definitiva el 6 de mayo) puesto que "cuando el pueblo francés vota, eso influencia al resto de Europa".

Hollande repitió sus planes para llevar a cabo una "reforma fiscal global" que someta al mismo tipo de gravámenes a los ingresos del trabajo y del capital de los contribuyentes, y que establezca tres tipos diferenciados en el impuesto de sociedades para las pequeñas, medianas y grandes empresas.

El candidato socialista avanzó que la situación de los sin papeles se examinará "caso por caso" para decidir si se regularizan o deben ser expulsados, y eso se hará sobre la base de "criterios objetivos, aplicados por todos de la misma forma".

Los criterios para la regularización serán si los inmigrantes tienen trabajo en Francia, si tienen familia instalada en el país y el tiempo que lleven viviendo.

"Los que no entren en los criterios, serán acompañados adonde vivían anteriormente", concluyó, tras asegurar que "una regularización masiva no tiene sentido" y que con su sistema "no habrá ningún efecto llamada".

Criticó la política de Sarkozy en este asunto, que consiste en fijarse un número de expulsiones cada año: "es estúpido fijar un objetivo cifrado".

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