Hungría sigue cerrando fronteras para frenar la oleada de refugiados

"La valla en la frontera con Serbia está funcionando y vamos a aplicar la misma medida en Croacia", manifestó el primer ministro húngaro, Viktor Orbán
Soldados continúan levantando la alambrada en la frontera con Croacia en Zakany
photo_camera Soldados continúan levantando la alambrada en la frontera con Croacia en Zakany

Hungría ha insistido este viernes en que levantar vallas en las fronteras es una forma efectiva de controlar la llegada de refugiados y ha confirmado que, una vez que consulte con sus aliados en Europa del Este, cerrará la delimitación con Croacia, al igual que hizo la pasada semana con Serbia.


"La valla en la frontera con Serbia está funcionando y vamos a aplicar la misma medida en Croacia", manifestó el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, desde Viena, donde se reunió hoy con su homólogo austríaco, el socialdemócrata Werner Faymann.

Orbán aseguró que antes de erigir la valla con Serbia, miles de refugiados entraban por allí cada día, mientras que desde que ese paso está cerrado, apenas son unos cientos los que han llegado al país por esa delimitación.

Hungría selló su frontera meridional con Serbia el pasado día 15, por la que cruzaban miles de personas procedentes de países como Siria, Irak o Afganistán, camino del asilo que esperan recibir en Alemania u otros países ricos de europa Occidental.

Ese cierre hizo que el flujo de refugiados se dirigiera hacia Croacia, que ha recibido a casi 60.000 personas desde entonces.

Ese país, saturado, comenzó a derivar a los refugiados de nuevo hacia Hungría, reinstaurando de facto la ruta original, al menos hasta que Budapest cierre también este paso.

Orbán no quiso dar una fecha para el cierre de la frontera croata, donde se termina una valla de 41 kilómetros, y explicó que antes de ejecutarlo hablará con Polonia, República Checa y Eslovaquia, los socios de la Unión Europea (UE) más cercanos a la estrategia de Hungría ante la llegada de refugiados.

"Hungría aplicará el cierre cuando todos hayan tomado nota", dijo, al tiempo que explicó que la medida no se aplicará antes de que participe, el 30 de septiembre, en la Asamblea General de la ONU, donde hablará con el secretario general, Ban Ki-moon, sobre la crisis de los refugiados.

Ante ese inminente cierre, el Gobierno croata no ha querido revelar cuál será su reacción.

"No vamos a hablar de lo que podría pasar, concentrémoslos en lo que ocurre ahora. Los refugiados, por ahora, pasan. Lo que puedo decir ya es que nunca ninguna valla ha detenido jamás a la gente que quiere llegar a algún lugar", advirtió al respecto el ministro de Exteriores croata, Ranko Ostojic, el jueves.

En cualquier caso, Zagreb ha insistido en que no puede convertirse en un punto caliente que acumule a miles de personas mientras Eslovenia y Hungría cierran sus fronteras.

Eslovenia está dejando pasar a los refugiados con cuentagotas, tras registrarlos y comprobar su documentación.

En su reunión con Faymann, uno de los líderes más críticos con la política de mano dura de Orbán, los dos líderes trataron la idea de crear un "corredor humanitario" que permita a los refugiados seguir su ruta, desde los Balcanes, por Croacia, Hungría y Austria, hacia Alemania y otros países ricos.

El dirigente húngaro opinó que ese corredor chocaría contra la normativa europea, que obliga a los países comunitarios por los que primero entran los exiliados a registrarlos y tramitar, si tienen derecho a ello, sus peticiones de asilo.

Con todo, Orbán dijo que habría estado dispuesto a aceptar esa posibilidad, si Austria y Alemania la respaldaran.

"Austria no quiere un corredor, pero tampoco quiere vallas. Austria no quiere nada, al parecer", declaró con ironía, tras explicar que Faymann insistió en que las directivas europeas en materia de asilo y refugiados siguen en pie y hay que aplicarlas.

Sobre la tensa relación con Faymann, Orbán manifestó que está dispuesto a olvidarlo todo, incluso las palabras en las que el austríaco comparó la actitud húngara con la de "las épocas más oscuras" de Europa, en referencia a los nazis y sus aliados.

Una comparación que, dijo, es especialmente llamativa viniendo de un político austríaco.

Con vallas o sin ellas, los refugiados siguen cruzando la región camino de Europa Occidental. Unos 8.000 refugiados llegaron el jueves a Croacia en su camino hacia Europa Occidental, según datos del ministerio del Interior croata, y una cifra similar llegó el mismo día a Hungría y Austria.

En Austria, unos 10.000 personas durmieron anoche en alojamientos de emergencia antes de poder seguir camino hacia Alemania, un proceso que se ha ralentizado desde que ese país reinstauró los controles fronterizos el pasado día 13.

El propio Orbán advirtió hoy de que hasta final de año llegarán a las puertas de la frontera húngara otros 250.000 refugiados que querrán ir, sobre todo, a Alemania, al tiempo que insistió en que la respuesta debe ser proteger las fronteras exteriores de la UE en Grecia, el primer Estado europeo al que llegan los refugiados.

"Hay que parar a los inmigrantes en las fronteras de Grecia", opinó Orbán.

Hungría levanta alambradas también en sectores de sus fronteras con Rumanía y Eslovenia, también socios de la UE.

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