Jiménez eleva el tono pero no condena el ataque marroquí

La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha elevado el tono por primera vez ante Marruecos por la crisis en el Sahara Occidental. Sin llegar a condenar el violento ataque del pasado lunes al asentamiento de protesta saharaui, la responsable de la diplomacia ha transmitido su "profunda preocupación" por los que considera unos "hechos muy graves".

Tras la reunión del Consejo de Ministros, Jiménez solicitó también a Rabat que explique "de manera urgente" lo sucedido, a la vez que pidió a las autoridades marroquíes que permitan trabajar a la prensa española, en relación con los interrogatorios a los que se vieron sometidos dos periodistas de la Cadena Ser y a la retirada de la documentación de otro del ABC.

Asimismo, la ministra exigió que se esclarezcan los hechos relacionados con la probable muerte de un ciudadano español de ascendencia saharaui, Baby Hamadi Buyema, de 35 años. Al parecer, esta víctima habría fallecido después de que un coche patrulla de la Policía marroquí lo atropellase este lunes intencionadamente, según denunció el Frente Polisario y la propia familia de Buyema.

No obstante, Jiménez no ha condenado el ataque al asentamiento y los posteriores enfrentamientos, como le exigen varios grupos políticos y distintas organizaciones. "Lamentamos y no condenamos porque hay que ser cautos, necesitamos una información consistente sobre lo que ha ocurrido, un conocimiento de cuáles han sido los hechos y aún hay que esperar, no nos podemos anticipar", aseveró.

Pese a que manifestó el rechazo del Ejecutivo español a la violencia, la ministra volvió a escudarse en que el conflicto no es bilateral entre España y Marruecos, sino de carácter internacional, por lo que sostuvo que su resolución debe abordarse en el marco de las Naciones Unidas. Por último, reiteró que el Gobierno está en "contacto permanente" con el marroquí.

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