La "novatada más cruel de la historia", como la ha calificado el abogado David Bianchi, ha dejado a un estudiante estadounidense llamado Daniel Santulli daños cerebrales para siempre. El joven, que actualmente tiene 19 años, tenía 18 en el momento de los hechos, que tuvieron lugar el pasado mes de octubre. En el que era su primer año en la Universidad de Missouri, acudió al ritual de iniciación de una fraternidad y ahora, ocho meses más tarde y una larga rehabilitación, "todavía no habla ni camina. Está en una silla de ruedas. Ha perdido la visión. Pero nos oye y sabe que estamos ahí", ha explicado su madre al programa Good Morning America.
Durante la fiesta celebrada el pasado 20 de octubre, los principiantes debían someterse a una serie de pruebas impuestas por los veteranos. Daniel tuvo que beberse una botella entera de vodka y consumir cerveza a través de un tubo. Tras beber todo ese alcohol, se desplomó en medio de la habitación. Sus compañeros lo trasladaron a otra estancia y lo tumbaron en un sofá, desde el cayó una hora más tarde, posición en la que estuvo al menos 15 minutos. Poco después es trasladado por más jóvenes hasta un coche, trayecto en el que se vuelve a desplomar.
En este estado fue trasladado hasta la entrada del hospital universitario, donde los médicos lo encontraron dentro del citado coche. No respiraba y sufría un paro cardíaco a consecuencia de la intoxicación etílica.
El joven no ha podido regresar hasta siete meses después a su casa, pues permaneció seis semanas en la Uci y posteriormente fue trasladado a Colorado para la rehabilitación.
Tras lo ocurrido, la familia reclama justicia y ha presentado una demanda que involucra a 23 miembros de la fraternidad. Además, la Universidad de Missouri ha suspendido los estatutos de la fraternidad y ha propuesto sancionar a 13 de los miembros.
