La justicia birmana sigue negándole la libertad a Suu Kyi

El Tribunal Supremo de Birmania (Myanmar) ha rechazado la apelación de la líder opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi contra la pena de 18 meses de arresto domiciliario que cumple y que le impedirá intervenir en las elecciones generales.

Poco antes del mediodía local, un funcionario judicial colocó en el tablón de anuncios de la corte un aviso informando del fallo, pues la vista se celebró, como es habitual, a puerta cerrada.

Los jueces rechazaron el argumento de la defensa, que sostenía que Suu Kyi fue juzgada y condenada bajo una legislación de la Constitución de 1974, anulada por la Carta Magna aprobada en referéndum en el 2008.

La Justcia birmana falló a favor de la fiscalía, que durante todo el proceso insistió en que los artículos referentes a la seguridad nacional -que la activista presuntamente puso en peligro- siguen en vigor.


Decisión decepcionante, pero no sorprendente
No obstante, Suu Kyi -cuya reacción todavía se desconoce- puede apelar la sentencia ante el presidente de la máxima instancia judicial del país, su última oportunidad para salir en libertad después de casi siete años confinada. Antes de conocer la sentencia su abogado, Nyan Win, ya adelantó que agotaría la vía legal para conseguir que su cliente quede libre.

Nyan Win declaró a su salida de la sala que los magistrados no dieron justificación alguna a su dictamen, que fue acogido con pesar entre la comunidad diplomática.

Por el momento se desconoce la reacción de Suu Kyil, pero en la víspera su abogado señaló que la activista se esperaba lo peor y que incluso bromeó con la posibilidad de que el jefe de la Junta Militar, el general Than Shwe, la indulte una vez haya expirado su condena "siempre que me porte bien".

"Aunque la sentencia no es ninguna sorpresa, es decepcionante y seguimos creyendo que Suu Kyi debe ser liberada junto a los otros 2.000 presos de conciencia del régimen", aseguró Andrew Heyn, embajador del Reino Unido en Rangún que asistió a la vista junto a los representantes de Australia, Estados Unidos y Francia.

El Supremo también confirmó las penas de año y medio de arresto domiciliario contra las dos mujeres que acompañan desde hace años a "La Dama", como es conocida popularmente por sus seguidores.

La Junta Militar promete elecciones
El 11 de agosto de 2009 y tras un largo juicio, la Nobel de la Paz fue condenada a tres años de prisión y trabajos forzados por haber dado cobijo en su casa a un estadounidense que se introdujo sin permiso en la vivienda cercada por decenas de soldados. Esta pena fue luego conmutada por 18 meses de arresto domiciliario por orden de Than Shwe, su mayor enemigo.

Aung San Suu Kyi ha pasado 14 de los últimos 20 años confinada en su hogar por pedir de manera pacífica reformas democráticas en Birmania, donde los uniformados detentan el poder desde el golpe del general Ne Win en 1962.

El paupérrimo país no celebra elecciones libres desde 1990, cuando Suu Kyi y su Liga Nacional para la Democracia arrasaron en las urnas contra el partido de los generales, que jamás reconocieron aquella derrota.

La Junta Militar insiste en que este año habrá comicios, pero todavía juega con la fecha mientras espera a que la oposición se decida a participar o no en un proceso que ya ha tachado de inmensa farsa, ya que Suu Kyi no puede presentarse como candidata.

La nueva Carta Magna veta la participación en los comicios de la Nobel de la paz porque esta estuvo casada con un extranjero -el fallecido profesor universitario británico Michael Aris- y sus hijos tienen pasaporte del Reino Unido.

Por otra parte, la desestimación del recurso de la cabeza visible del movimiento democrático birmano es una muestra más de la errática política del régimen, que por primera vez en décadas se muestra dispuesto a restablecer sus lazos con Occidente a la vez que sigue empeñado en acallar toda voz disidente dentro de sus fronteras.

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