La oposición se mueve para formar gobierno en Pakistán

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Tras la victoria de la oposición en las elecciones de Pakistán, arrancan unas complejas negociaciones para formar Gobierno en un país cuyos principales líderes se guardan profundos rencores personales.

El electorado ha sido unánime en el rechazo a las fuerzas del presidente Pervez Musharraf, quien ha sufrido una sonora humillación al ser superado por el Partido Popular de la ex primera ministra asesinada Benazir Bhutto y por la Liga Musulmana-N de Nawaz Sharif.

Pero no ha ofrecido una mayoría suficiente a ningún partido, condenando a sus dirigentes a entenderse para una coalición para alcanzar la mayoría de dos tercios en el Parlamento y dejar fuera de juego al partido de Musharraf, mientras sus seguidores piden a gritos la retirada del presidente. Pero éste sigue en sus trece y anuncia que no abandonará su puesto, mostrándose dispuesto a trabajar con el Gobierno que se forme tras los comicios.

Supervivencia
Y es de esperar que Musharraf explote esas diferencias e intente impedir el que sería el peor escenario para su supervivencia política: una alianza entre Asif Zardari, viúdo de Bhutto, y Nawaz Sharif.

Pero el triángulo paquistaní es complicado: fue Musharraf quien expulsó a Sharif del Gobierno y del país con un golpe de Estado, pero fue Sharif quien metió a Zardari en la cárcel acusándolo de asesinato y corrupción, aunque Musharraf tampoco lo liberó cuando asumió el poder sino que siguió levantando cargos contra él. Y rencores aparte, ambos líderes tienen diferentes agendas políticas.

Sharif quiere expulsar del poder a Musharraf y acabar con su "dictadura", pero el PPP no descarta negociar con él, aunque su portavoz, Farhatullah Babar, desmintió una filtración de "fuentes oficiales" según la cual el viudo de Bhutto recibió el martes a enviados del presidente. De acuerdo con esta versión, Musharraf le pidió a Zardari que no se coaligue con Sharif y le ofreció apoyo para su más probable candidato a primer ministro, Amin Fahim.

En busca de aliados
En Pakistán, muchos esperan una progresiva desintegración de la Liga-Q, un partido que nació del golpe de Musharraf apropiándose del nombre y buena parte del voto de la Liga del exiliado Sharif.

Dado que en Pakistán se vota a candidatos por circunscripciones y no a una lista cerrada de partido, una eventual desbandada de la PML-Q reforzaría la bancada de Sharif (65 diputados) y le daría posibilidades de gobernar si logra atraer también a alguno de los 33 "independientes" que han logrado escaño.

La Liga-N, de momento, ha puesto su empeño en una coalición con el PPP, invitando también a ella a otras fuerzas minoritarias.

Musharraf se queda, y EEUU le apoya
Por su parte, el presidente del país ha anunciado que no dejará su cargo pese a la aplastante derrota que sufrió en las urnas. Y añadió que "tenemos que avanzar de forma tal que logremos un gobierno democrático y estable en Pakistán".

Aunque el pueblo de Pakistán no le apoya, Estados Unidos le ha tendido una vez más su mano a Musharraf y se ha manifestado a favor de la continuidad en el poder de uno de sus aliados clave en la llamada 'guerra contra el terror'.

En esta línea, el presidente estadounidense, George W. Bush, ha mostrado su confianza en el que nuevo Gobierno pakistaní sea "amigo de Estados Unidos".

El mandatario consideró que las elecciones de Pakistán fueron "justas" y expresó su confianza de que las nuevas autoridades no permitan que su país sea "un refugio seguro para quienes desean atacar Estados Unidos y Pakistán"

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