La supermodelo británica Naomi Campbell será llamada a declarar el próximo 29 de julio en el juicio por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad contra el ex presidente liberiano Charles Taylor que se está celebrando en el Tribunal de La Haya por haber recibido del ex mandatario africano un 'diamante de sangre'.
El tribunal especial de crímenes en Sierra Leona había ordenado a la Fiscalía que preparara y presentase la citación para que el secretario del tribunal la remita a "las autoridades competentes del Estado en el que la señorita Campbell reside". Los fiscales consideran que Campbell puede ofrecer "pruebas materiales" que demostrarían que Taylor miente cuando afirma que nunca tuvo en sus manos diamantes en bruto.
Cena con Mandela
El pasado mes de enero los fiscales defendieron que durante una visita a Sudáfrica en 1997 Taylor le dio a Campbell un gran diamante en bruto tras una cena ofrecida por Nelson Mandela.
Se basan en el testimonio de la agente de modelos Carole White, que escuchó decir a Taylor que le iba a dar algunos diamantes a Campbell y que estuvo allí cuando la supermodelo los recibió; y de la actriz estadounidense Mia Farrow, que estuvo en la recepción cuando Campbell conoció a Taylor y que aseguró que Campbell le dijo al día siguiente que el líder africano le había dado el diamante.
Por eso, el pasado 20 de mayo, el Ministerio Público pidió a los jueces que Naomi Campbell fuese citada por los hechos, ya que consideran que Taylor le hizo entrega de los diamantes porque había viajado a Suráfrica para vender diamantes a cambio de armas.
Acusado de crímenes de guerra
La defensa sostiene que Campbell ha negado en varias entrevistas haber sido obsequiada con las piedras preciosas y que la sospecha de los fiscales se basa en los testimonios de Mia Farrow y de Carole White.
En el juicio en La Haya, que comenzó en 2008, Taylor ha negado los once cargos contra él por instigar al asesinato, la violación, la mutilación, la esclavitud sexual y el reclutamiento de niños soldados durante las guerras entre Liberia y Sierra Leona en la cual alrededor de 250.000 personas fueron asesinadas.
Los fiscales consideran que Taylor armó y dirigió el Frente de la Revolución Unida para lograr el control de las minas de Sierra Leona y desestabilizar a su Gobierno para desestabilizar su Gobierno para aumentar su influencia regional durante la guerra civil que azotó el país entre 1991 y 2002.
