Con las finanzas de Le Pen haciendo agua, el histórico líder del neofascista Font National lleva meses buscando dinero hasta debajo de las piedras. Primero fue una campaña a la desesperada para buscar nuevos suscriptores. Más tarde, la venta de sus locales, incluído el 'Paquebot', la mítica sede del partido.
Ahora le llegó el turno a su coche particular que pasó por una frustrada subasta en eBay.
Un peugeot 605 del año 92, gasolina, 137.000 km de uso y 170 caballos de potencia. Como extras, llantas de aleación, aire acondicionado, interior de cuero, cristales traseros tintados y... 'blindaje de clase 2'. Revisión técnica pasada en julio de 2007. “Por el dinero, todo por el hermoso dinero”, se justifica Le Pen.
El anuncio advertía, “A considerar como un objeto de colección. Bromistas abstenerse”. El aviso no tuvo éxito. Si la subasta comenzaba con poco más de 3.100 euros se descontrolaba a las pocas horas con decenas de pujas irreales que lo llevaron hasta los 100 millones de euros. Eso sí, la última puja 'realista' se situaba en 21.000 euros, una cifra nada desdeñable para un coche de 16 años.
La caída del tótem
Son tiempos de crisis para el 'Front National' y su histórico dirigente. A pesar del momento álgido y de repercusión internacional, cuándo consiguió meterse en la segunda vuelta de las presidenciales en el 2002, la mala situación de las finanzas del partido es una constante desde entonces.
En cierto modo, aquel 'empacho de éxito' fue uno de los desencadeantes de la crisis actual. Ver al líder de la ultraderecha en el último escalón para llegar al Elíseo espantó al 'establishment político' que hasta ese momento había sido bastante permisivo con el FN. Desde entonces, los apoyos institucionales se redujeron substancialmente.
Por otro lado, la herencia de aquella tragedia política no quedó bajo la alfombra tricolor. Nicolas Sarkozy supo aprovechar la situación y canibalizó parte del discurso del Le Pen.
En las últimas presidenciales El FN logra a duras penas las 500 firmas necesarias para presentarse y consigue después el peor resultado en décadas, lo que impide recibir el reembolso de los gastos de campaña. La fortuna personal de Le Pen, de origen oscuro y casi surrealista, no sirve de amortiguador.
Ahora, la crisis amenaza con hundir su buque insignia, el 'Paquebot', la enorme sed central del FN sobre lo que flota la bandera tricolor desde sus “tiempos gloriosos”. La nave -5.000 metros cuadrados de oficinas- podría dejar pronto su puerto de atraque y aligerar las deudas del partido que andan cerca de los 10 millones de euros.
No es la primera vez que el ladrillo suena cómo posible salvador de Le Pen. Ya en junio del 2007 se pusieron a la venta a mayoría de los locales en propiedad.
Le Pen intenta vender su coche blindado en eBay
