Los líderes de la UE concluyen la cumbre sin grandes avances sobre el fondo de recuperación

El sur y el norte difieren ahora en cómo transferir el dinero a los países: subvenciones directas o préstamos
Reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea por videoconferencia. EFE
photo_camera Reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea por videoconferencia. EFE

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han concluido la cumbre por videoconferencia sin grandes avances sobre la creación de un fondo de recuperación que relance la economía del bloque una vez superada la pandemia de Covid-19 y han encargado a la Comisión Europea que elabore una propuesta concreta sobre el mismo.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha reconocido en una rueda de prensa posterior a la reunión que este fondo de reconstrucción es "urgente y necesario" y, por tanto, debe contar con un tamaño "suficiente" como para ayudar a las regiones europeas y los sectores económicos más "golpeados".

Sin embargo, las capitales siguen divididas sobre las principales características de esta estrategia. Aunque parece claro que Bruselas emitirá bonos para financiar el fondo, como propuso el Gobierno de Sánchez, el sur y el norte de la UE difieren ahora en la forma en la que este dinero será trasferido a los países.

España, Italia o Portugal, por ejemplo, reclaman que sea a través de subvenciones no reembolsables, mientras que Alemania o Países Bajos abogan por préstamos que los socios tengan que devolver.

El primer ministro de Austria, Sebastian Kurz, ha dejado claro que también pertenece a este segundo grupo en un mensaje compartido en Twitter poco después de finalizar la cumbre. "Austria está preparada a mostrar solidaridad para impulsar la recuperación de nuestras economías. Debemos hacerlo a través de préstamos, una mutualización de la deuda no es aceptable", ha expresado.

El Gobierno español sigue defendiendo que los países no tengan que reembolsar estos fondos, puesto que eso supondría un incremento de las deudas públicas nacionales que supondría un problema para las finanzas nacionales de los socios más endeudados.

EQUILIBRIO ENTRE PRÉSTAMOS Y TRANSFERENCIAS. La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha reconocido que existe una "variedad de opiniones" sobre este asunto, pero ha garantizado que la propuesta final contendrá un "equilibrio sólido" entre créditos y trasferencias directas. "Hay ventajas e inconvenientes en ambos casos y se han intercambiado argumentos de forma muy constructiva", ha señalado.

La alemana ha subrayado que Bruselas hará ahora un análisis "profundo" del impacto económico de la pandemia y las propuestas legislativas estarán listas en la segunda o tercera semana de mayo. Por tanto, es difícil que lleguen a tiempo para la cumbre que los líderes mantendrán el 6 de mayo con los países de los Balcanes.

En concreto, la Comisión debe detallar las características del presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027 (MFF) y del fondo de recuperación, así como el vínculo que tendrán ambos instrumentos.

Aunque sin dar más detalles, Von der Leyen ya ha avanzado que Bruselas planea un presupuesto comunitario mayor que el de periodos anteriores y aumentar el techo de recursos propios (del 1,2% actual al 2%). La Comisión Europea utilizaría ese margen para emitir deuda europea con la que financiar el fondo de reconstrucción.

"El siguiente MFF tiene que adaptarse a las nuevas circunstancias, necesitamos incrementar su potencia de fuego para poder generar las inversiones necesarias en toda la UE", ha apuntado. "Gracias a la garantía legal de los Estados miembros, la Comisión podrá recaudar fondos que después serán transferidos a través del presupuesto europeo a los Estados miembros", ha añadido.

A falta de conocer las cifras exactas de la propuesta final, el primer borrador que Von der Leyen ha presentado a los líderes establecía una emisión de bonos por valor de 320.000 millones de euros dentro de un paquete de medidas que movilizaría hasta dos billones de euros.

Este montante superaría incluso el planteado por España, que recogía un fondo de hasta 1,5 billones. La otra idea estrella del plan de Sánchez, que los bonos europeos sean perpetuos, no ha logrado convencer a todos los gobiernos y la solución definitiva se encamina a que tengan vencimientos amplios.