Liz Truss dimite como primera ministra tras 45 días en el cargo

Renuncia como líder del Partido Conservador y dejará la jefatura del Gobierno británico en cuanto, la próxima semana, se elija a su sucesor
Liz Truss. EFE
photo_camera Liz Truss. EFE

La primera ministra británica, Liz Truss, ha anunciado este jueves su dimisión tras no haber podido "cumplir con su mandato". Tras semanas de críticas y giros en las primeras políticas anunciadas en el cargo, Truss ha realizado una breve comparecencia ante el número 10 de Downing Street para anunciar que ya ha trasladado la decisión de su salida al rey Carlos III y que su sucesor será elegido la próxima semana.

Con solo 45 días en el cargo —en el que relevó al también dimisionario Boris Johnson—, se ha convertido en la jefa de Gobierno más breve en la historia del Reino Unido. Truss renuncia como líder del Partido Conservador y dejará la jefatura del Gobierno en cuanto se elija el nuevo primer ministro, por lo que hasta entonces continuará en funciones.

"Es la mejor decisión para mantener Reino Unido en una posición económica estable", aseguró. "Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador", dijo.

Truss inició su declaración con una referencia al "momento de gran inestabilidad económica e internacional" en la que llegó al cargo, que asumió el pasado 6 de septiembre tras vencer en unas primarias de su partido. "Hemos ofrecido resultados en las facturas energéticas y rebajando la cotización social. Hemos planteado una visión para economía de baja fiscalidad y alto crecimiento que aprovecharía las libertades del Brexit", consideró Truss, antes de reconocer que en la actual situación no podrá cumplir sus objetivos.

La conservadora estaba en la cuerda floja desde el anuncio de un plan fiscal con un masiva baja de impuestos, que tuvo que rectificar

En las últimas horas, el número de diputados conservadores que pedían su dimisión se había disparado, lo que hacía prácticamente insostenible su continuidad al frente del Ejecutivo. Truss estaba en la cuerda floja desde que, el pasado 23 de septiembre, se presentó su plan fiscal, con una masiva bajada de impuestos

La negativa reacción en los mercados la llevó a sustituir a Kwasi Kwarteng por Jeremy Hunt al frente del Ministerio de Economía, tras lo que este mismo miércoles Suella Braverman renunció como titular de Interior por haber cometido el "error" de compartir información confidencial a través de su teléfono personal.

A esto se sumaron las escenas de caos en la noche del miércoles en el Parlamento, con acusaciones de coacciones por parte de algunos diputados conservadores que buscaban evitar una rebelión entre los diputados tories cuando se votaba la moratoria sobre la fracturación hidráulica o fracking.

Los conservadores tendrán nuevo líder el 28 de octubre

El Partido Conservador británico concluirá el proceso de elección de su nuevo líder para el 28 de octubre, según ha avanzado este jueves Graham Brady, presidente del comité 1922 del grupo parlamentario tory en la Cámara de los Comunes, encargado de organizar las elecciones internas.

Brady dijo a los periodistas que será posible por tanto que haya un nuevo jefe del Gobierno antes de que el día 31 de este mes el ministro de Economía, Jeremy Hunt, presente su plan fiscal a medio plazo, con el que revertirá la estrategia económica de la primera ministra Liz Truss.

Brady detallará próximamente cómo se desarrollarán las elecciones internas de modo que puedan concluirse en el plazo de apenas una semana.

El líder laborista exige elecciones

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, en la oposición, ha exigido este jueves la convocatoria de elecciones generales "ahora", después de que Liz Truss anunciase su dimisión. "El Partido Conservador ha demostrado que ya no tiene mandato para gobernar. Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos", afirmó Starmer en una declaración.

Liz Truss se convirtió en primera ministra el 6 de septiembre, tras ganar unos comicios primarios que se iniciaron después de la dimisión de Boris Johnson 

"Debemos tener la oportunidad de un nuevo comienzo. Necesitamos elecciones generales, ahora", defendió, tras denunciar que en los últimos años los conservadores "destrozaron nuestras instituciones y crearon una crisis del coste de vida" y acusar al partido en el Gobierno de haber "derruido la economía".

Se sumó a la petición de elecciones la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, por considerar que son "un imperativo democrático" tras el anuncio de dimisión de Liz Truss como primera ministra.

En esa línea se pronunció también el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey

La primera ministra más breve

Liz Truss se convirtió en primera ministra el 6 de septiembre, tras ganar unos comicios primarios que se iniciaron después de que el 6 de julio Boris Johnson presentara su dimisión. Ahora, transcurrido tan solo mes y medio, se convierte en la jefa de Gobierno más breve en la historia del Reino Unido, ya que le quedaban 73 días para superar la marca de George Canning, duque de Portland, que murió en agosto de 1827, 118 días después de asumir la jefatura del Ejecutivo. 

Su sucesor, Frederick John Robinson, primer vizconde de Goderich, un miembro de la aristocracia rural británica, también conservador, superó esa marca por unos pocos días -mantuvo el Gobierno durante 143 días-. Mientras, Andrew Bonar Law, el único canadiense que ha gobernado el Reino Unido, se mantuvo en el poder durante 211 días, entre octubre de 1922 y mayo de 1923. 

Lista de los primeros ministros británicos más breves de la historia:

1. Liz Truss (2022) - 45 días, a los que se sumará previsiblemente en torno a una semana como jefa de Gobierno interina. 
2. George Canning (1827) - 118 días
3. Frederick John Robinson (1827-28) - 143 días
4. Andrew Bonar Law (1922-23) - 211 días
5. William Cavendish (1756-57) - 225 días
6. William Petty (1782-83) - 265 días

La lechuga viral que sobrevivió a Liz Truss

La caída de Liz Truss era un desenlace tan anticipado en el Reino Unido que uno de los chistes más comentados de los últimos días ha sido una disparatada carrera para determinar a quién le quedaba más "vida útil", a una lechuga de supermercado o a la primera ministra. Ganó la lechuga. 

El tabloide Daily Star llevó la broma hasta el punto de que llevaba una semana emitiendo en directo durante las 24 horas un vídeo en el que aparecía una lechuga iceberg, ataviada con peluca y gafas, junto a un retrato de la líder conservadora, que este jueves anunció finalmente su dimisión. 

"Truss ha perdido la competición", declaró este jueves con orgullo el tabloide, que ha logrado viralizar la imagen del vegetal como metáfora de la brevedad del mandato de la política conservadora, que pasa a la historia como la primera ministra que menos tiempo ha resistido en Downing Street.

El chiste sobre la lechuga nació en realidad en las páginas del respetado semanario The Economist. A principios de la semana pasada, su editorial subrayaba que al descontar el periodo de luto por la reina Isabel II, que paralizó la política británica, Truss solo estuvo "en control" del país durante siete días, antes de que la tormenta económica arrasara con todos sus planes. 

"Eso es más o menos la vida útil de una lechuga", bromeaba la publicación en un artículo en el que bautizaba a la todavía líder conservadora como La dama iceberg, en contraposición a La dama de hierro que Truss ambicionaba ser al frente del Gobierno. 

Perfil ► La dama de hierro que se fundió en seis semanas
Liz Truss tomó las riendas del Reino Unido con la idea de proporcionar una sacudida neoliberal al país y resucitar el espíritu de Margaret Thatcher, pero seis semanas de errores de cálculo y torpeza política han servido para fundir a quien aspiraba a convertirse en una nueva dama de hierro. Con su dimisión culmina uno de los períodos más excepcionales y convulsos de la historia reciente británica, que acaba con el mandato más breve de un primer ministro en Downing Street.

El pasado 6 de septiembre, con una visita a la reina Isabel II en su castillo de Balmoral, Truss iniciaba su mandato. No podía ser un buen augurio que la monarca muriese solo dos días después de recibir a la líder tory.

La exprimera ministra alcanzó el cargo aupada en las primarias por las bases conservadoras, que apreciaron su discurso desacomplejado y su propósito de dar un giro a la derecha en el rumbo del país. Pese a ello, a nadie se la escapó que en las votaciones previas entre los propios diputados tories ella nunca había encabezado las preferencias y solo pasó a disputarse el liderazgo con el exministro de Economía Rishi Sunak por apenas ocho votos. 

Sin la legitimidad con la que contaba Johnson gracias a su aplastante victoria en 2019 ni un gran respaldo en sus propias filas, Truss aterrizó en Downing Street con pies de barro. Eso no obstó para que el 23 de septiembre su entonces ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, presentase la mayor bajada de impuestos en medio siglo, sin más plan para financiarla que endeudar al país; los mercados respondieron disparando la prima de la deuda soberana y hundiendo la libra.

Ese día fue el principio del fin para Truss. A partir de entonces solo pudo dedicarse a destituir a Kwarteng y enmendar una por una todas sus medidas, hasta llegar a la humillación final de ver al nuevo ministro de Economía, Jemery Hunt, desmontar este lunes por completo ante el Parlamento un plan lleno de "errores".

Su rictus inexpresivo aquel día, en la bancada detrás de Hunt, le valió comparaciones en la despiadada prensa británica con un "espectro" que seguía en el cargo pero vacío de poder. Sus últimos movimientos a la desesperada, como aparecer en la BBC para hacer acto de contrición y pedir perdón, no sirvieron para nada más que para dilatar un destino que ya estaba escrito.

Antes de convertirse en primera ministra, había ocupado en el último año la cartera de Exteriores, desde donde desplegó una dura retórica contra Rusia y China, y dirigió un choque con la Unión Europea (UE) que todavía amenaza con derivar en una guerra comercial. 

Ella fue la impulsora de la ley que permitirá a Londres incumplir el acuerdo del Brexit y se erigió en la primera defensora de las "oportunidades" que vislumbra el Reino Unido fuera de la UE, a pesar de que defendió con pasión la permanencia antes del referéndum de 2016 —abandonar el bloque sería una "tragedia", llegó a escribir—. Pese a todo, como jefa del Ejecutivo pareció adoptar un enfoque más posibilista hacia la cuestión europea.

Con fama de ser una política hábil en las distancias cortas, durante la campaña de las primarias tories y su corto paso por Downing Street crecieron las dudas sobre su capacidad de movilizar a las masas, especialmente como sucesora de alguien tan carismático como Johnson.

Criada en una familia de izquierdas. Republicana ella misma durante su juventud en un país monárquico. Liberal-demócrata antes que tory. Truss fue capaz de superar todas sus contradicciones para crecer dentro del Partido Conservador con una carrera firme en la que su primer cartera ministerial, Medio Ambiente, le llegó en 2014.

Sirvió en los gabinetes de David Cameron, Theresa May y Boris Johnson, quien le dio la gran oportunidad de su carrera al pasarla de Comercio Internacional (donde había fraguado los primeros acuerdos pos Brexit con terceros países) al Foreign Office.

En Exteriores obtuvo el trampolín desde el que aspirar al plato fuerte, la jefatura del Gobierno. Solo seis semanas después, la deja con la cabeza gacha y como un borrón, muy breve, en los libros de Historia.