Macron abre la puerta a incluir en la Constitución la singularidad de Córcega

Rechaza otras reivindicaciones de los nocacionalistas corsos, como la cooficialidad de la lengua o el estatus de residente

Emmanuel Macron. BENOIT TESSIER
photo_camera Emmanuel Macron. BENOIT TESSIER

El presidente francés, Emmanuel Macron, abrió este miércoles la puerta a que la Constitución del país recoja la singularidad de Córcega, una de las principales reivindicaciones de los nacionalistas de la isla, pero rechazó las otras, como la cooficialidad de la lengua o el estatus de residente.

En su segundo día de visita a Córcega, la primera como jefe de Estado, Macron pronunció un discurso en Bastia, segunda ciudad de la isla, rodeado de cinco banderas francesas y europeas y sin ningún símbolo corso.

Un escenario cargado de simbolismo desde el que, en la línea de lo asegurado la víspera, descartó la salida de Córcega de Francia y propuso abandonar ese debate para centrarse en los problemas de los ciudadanos, a quienes prometió desarrollo económico para hacer de la isla la "punta de lanza" de la política francesa en el Mediterráneo.

Un día después de haber descartado cualquier medida de gracia con los presos corsos, otra de las peticiones de los independentistas, Macron mantuvo su firmeza frente a sus reivindicaciones.

La única concesión que hizo fue mostrarse favorable a que Córcega figure en la Constitución, dentro de la reforma que su Gobierno está preparando y que debe ser aprobada la próxima primavera.

De esa forma, indicó, se garantiza su "afianzamiento" dentro del país, pero también se "reconoce su identidad", aunque evitó explicar qué implicaría ese reconocimiento.

Contrario a que se modifique el estatuto de Córcega, que entró en vigor en enero pasado y que ofrece mayor poder a las instituciones locales, Macron anunció que en el próximo mes se negociará con las autoridades de la isla la manera en la que se hará esa mención en la Carta Magna.

Propuso que se busque para Córcega un punto intermedio entre las regiones ultraperiféricas, como Nueva Caledonia, y las continentales.

Resta por ver si esa concesión contenta a las dos figuras del nacionalismo, el autonomista Gilles Simeoni, actual jefe del Ejecutivo corso, y el independentista Jean-Guy Talamoni, presidente de la Asamblea. Ambos se reunieron este martes con Macron e hicieron saber a través de su entorno que no estaban de acuerdo con la posición del dirigente, que consideraron poco flexible y cerrada a las peticiones del pueblo expresadas en las elecciones regionales de diciembre pasado.

Muestra de su descontento fue que boicotearon este miércoles un almuerzo con Macron, aunque acudieron a su discurso, que no aplaudieron, en el que vieron cómo el presidente solo asumía, y de forma vaga, una de sus reivindicaciones.

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