Una menor francesa reabre el debate sobre la blasfemia: "El islam es una mierda"

La joven recibió amenazas de muerte tras el polémico vídeo ►No pudo volver al instituto y su familia recibe protección
Una adolescente con su móvil. JAVIER CERVERA
photo_camera Una adolescente con su móvil. JAVIER CERVERA

Mila Orriols era solo una adolescente francesa más hasta hace dos semanas. Pero un vídeo en el que profería fuertes insultos al islam a través de las redes sociales la ha convertido en el nuevo rostro de la polémica sobre los límites de la libertad de expresión y el derecho a la blasfemia.

"Odio la religión, en el Corán solo hay odio, el islam es una mierda. Es lo que pienso, joder, puedo decir lo que pienso. No soy racista, no se puede ser racista contra una religión. A vuestro dios le meto un dedo en el culo", afirmó la joven, de 16 años, residente en la región de Lyon (Francia), en su cuenta de Instagram.

Este ataque fue una respuesta a un usuario que se le había insinuado y que la calificó de "puta lesbiana y racista", después de que ella, homosexual, dijera que no se sentía atraída por las chicas árabes. Aunque apenas treinta personas siguieron el vídeo en directo, la grabación fue recuperada por múltiples cuentas y ha llegado a sumar millones de visualizaciones, lo que ha desencadenado numerosas amenazas de muerte contra la joven, quien no ha podido volver su instituto.

La Policía investiga ahora las amenazas de muerte contra la chica

"Mila y su familia tienen vigilancia particular y protección por parte de la Policía Nacional", anunció el ministro francés del Interior, Christophe Castaner, acerca de una polémica que ha movilizado a buena parte de la clase política.

En un primer momento fue la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, y su aliado Nicolas Dupont-Aignan quienes la defendieron en Twitter con la etiqueta #JeSuisMila, que retoma el emblema de la solidaridad con el semanario satírico Charlie Hebdo cuando en 2015 fue objeto de un atentado en el que murieron once personas, tras haber publicado caricaturas del profeta Mahoma. El incidente ha servido para relanzar el debate sobre la blasfemia, que no está recogida como delito en la ley francesa, aunque sí se castiga la difamación contra individuos.

La ministra francesa de Justicia, Nicolle Belloubet, removió un fuego al declarar que "atacar la religión es atacar la libertad de conciencia". Solo veinticuatro horas después rectificó: "No debí decir eso". Hasta el presidente del país, Emmanuel Macron, se pronunció y recordó, que en Francia "hay libertad de expresión, derecho a caricaturizar y a blasfemar".

La Fiscalía abrió una investigación por provocación al odio contra un grupo de personas por cuestión racial o religiosa que ha sido ya archivada, mientras que la Policía investiga ahora las amenazas de muerte contra la chica.

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