Vestido de uniforme y con el bastón de mando bajo el brazo izquierdo. Así se presentó el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, en la ceremonia de traspaso de su cargo al frente del ejército del país.
El gobernante, que mañana deberá jurar cómo presidente civil, renunció a la jefatura militar tras el aumento de las presiones nacionales e internacionales para que abandonara las fuerzas armadas.
Musharraf entregó el bastón de mando al general Ashfaq Pervez Kiyani y, acto seguido, entonó una emotiva despedida. El presidente pakistaní dijo sentirse orgulloso de haber dirigido "esta gran fuerza". "Este ejército es mi vida -continuó- lo amo, y mi relación con él continuará aunque ya no leve uniforme".
En su discurso, Musharraf definió a Kiyani como un "militar excelente", y se mostró seguro de que realizará una buena labor al frente de las fuerzas armadas. El nuevo comandante está considerado como uno de los hombres más leales al régimen actual de Pakistán.
'Un bueno líder'
Nominado subjefe del ejército en el pasado mes de octubre, Kiyani fue incluso entonces director de los servicios secretos ISI. Su elección como responsable militar tuvo una buena acogida entre los líderes de la oposición. Benazir Bhutto, ex primera ministra pakistaní, mostró su confianza de que "será un bueno líder" para el ejército.
Mientras tanto, en Pakistán continúa vigente el estado de excepción decretado por Musharraf el pasado 3 de noviembre, cuando el presidente suspendió la constitución alegando el incremento de la violencia extremista en el país y las interferenzas que se producían en la vida política por parte de la Justicia.
Después de nueve años al frente del ejército, Musharraf cuelga el uniforme para jurar, mañana, un nuevo mandato presidencial, de esta vuelta como civil.
Musharraf le cede el control del ejército a Ashfaq Pervez Kiyani
