Musharraf reconoce su derrota

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Pakistán ha castigado en las urnas al presidente del país, Pervez Musharraf, a golpe de votos en contra. Los partidos opositores llevan la delantera en las parlamentarias celebradas este lunes.

A falta de los resultados definitivos, el Partido Popular de Pakistán (PPP), de la ex primera ministra asesinada, Benazir Bhutto, va en cabeza, seguido de la Liga Musulmana-N de Nawaz Sharif. La Liga Musulmana-Q, el partido de Musharraf, se queda a mucha distancia de los vencedores. Son los últimos datos de la Comisión electoral pakistaní, y Musharraf ha insistido en que los aceptará.

El partido oficialista PML Q anunció el lunes que concedería la victoria a la oposición si los resultados preliminares se confirmasen, dijo el portavoz Tariq Azeem. Ahora ha sido el presidente de la Liga Q, Chaudhry Shujaat Hussain, quien ha reconocido "cordialmente" la derrota. Y el presidente del país, Pervez Musharraf, ha reiterado que aceptará los resultados sin importarle quien gane, en un intento de aparentar transparencia en unos comicios marcados por las sospechas de fraude.

Sharif llama a la unión
Por su parte, el ex primer ministro paquistaní Nawaz Sharif instó a las otras fuerzas políticas a unirse para acabar con el régimen de Pervez Musharraf. "Pido a todas las fuerzas políticas que se unan a nosotros para poner fin a la dictadura", declaró Sharif, a quien Musharraf expulsó del poder con un golpe de Estado en 1999, en rueda de prensa en Lahore transmitida en directo por las televisión privada Dawn.

La PML-N, que en los comicios de 2002, con su líder en el exilio, sufrió un duro varapalo y quedó como cuarta fuerza en el Parlamento con 14 de los 342 escaños, ha sido una de las grandes vencedoras de las elecciones en Pakistán.

El resurgimiento del partido de Sharif se ha apoyado fundamentalmente en el voto de la provincia de Punjab, ya que en las otras tres apenas tiene apoyos. Consciente de ello, Sharif ha apostado de nuevo por la unión de varias fuerzas en una "plataforma única" contra Musharraf, empezando por el PPP, con cuyo líder, Asif Zardari, el viudo de Bhutto, dijo haber hablado por teléfono y con el que tiene previsto reunirse el próximo jueves.

Parlamento hostil
Musharraf, debilitado por los acontecimientos de los últimos meses tras la declaración del estado de excepción en el país, afronta ahora el reto de enfrentarse a un Parlamento hostil.

Sharif abogó por abolir todas las "acciones inconstitucionales" de Musharraf, entre ellas su declaración del estado de excepción el 3 de noviembre de 2007 y la posterior remodelación del Tribunal Supremo, con el arresto de su entonces presidente, Iftikhar Chaudhry, y otros jueces disidentes.

Tras mantener que los jueces no sólo han de ser liberados sino también restaurados en sus puestos, dejó en manos de la Judicatura la decisión sobre la legalidad de la reelección de Musharraf para un nuevo mandato como presidente.

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