Obama retrasa su presencia en Copenhague hasta los últimos días

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El presidente de EEUU, Barack Obama, retrasó una semana su participación en la cumbre de Copenhague contra el cambio climático y asistirá ahora a su clausura, con la esperanza de conseguir un acuerdo de mayor sustancia. Inicialmente Obama tenía previsto haber participado en la reunión el próximo día 9, cuando iba a pronunciar un discurso de camino a Oslo para recibir el día 10 el premio Nobel de la Paz.

En su lugar, anunció su portavoz, Robert Gibbs, ''el presidente cree que el modo en que el liderazgo de EEUU puede ser más productivo es mediante su participación al final de la reunión de Copenhague, el 18 de diciembre, en lugar del 9''. Según el portavoz, aún hay ''asuntos por resolver que deben ser negociados para que se logre un acuerdo, pero esta decisión refleja el compromiso del presidente para hacer todo lo que pueda para lograr un resultado positivo''.

Inicialmente, Obama había indicado que acudiría a Copenhague si creía que su presencia contribuiría a lograr un acuerdo contra el cambio climático. Los últimos anuncios de China e India acerca de su disposición a recortar emisiones acerca la posibilidad de un acuerdo más sustancial de lo que parecía hace apenas algunas semanas.

Uno de los asuntos más espinosos en las negociaciones de cara a la cumbre había sido la financiación de los cambios que los países pobres tendrían que acometer para poder adoptar tecnologías limpias y para reducir sus emisiones de gases invernadero (''mitigación y adaptación'', en el lenguaje de los negociadores).

Principio de acuerdo
En los últimos días en las negociaciones ha emergido un principio de acuerdo, según recordó Gibbs, para que los países ricos aporten 10.000 millones de dólares al año, a partir de 2012, para apoyar la mitigación y adaptación de los países más pobres. El Gobierno de Obama, anunció, está dispuesto a contribuir su parte correspondiente.

''Estados Unidos pagará su justa contribución de esa cantidad'', indicó Gibbs, que agregó que otros países también aportarán ''compromisos sustanciales''. Esa asistencia, sostuvo, ''no es sólo un imperativo humanitario, es una inversión en nuestra seguridad común, dado que no hay acuerdo de cambio climático que pueda tener éxito si no ayuda a que todos los países reduzcan sus emisiones''.

Más de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno han confirmado su presencia en los últimos días de la cumbre, que se inaugura este lunes y concluirá el día 18. El objetivo de la reunión es lograr un acuerdo que reemplace al protocolo de Kyoto, que expira en 2012.

Los países han renunciado por el momento a lograr un acuerdo legalmente vinculante, un objetivo que quedará para la reunión de México en diciembre de 2011, y se esfuerzan en lograr un acuerdo políticamente vinculante, que incluya compromisos para el recorte de emisiones y financiación para los países pobres.

La propuesta americana

La propuesta de la Casa Blanca para la cumbre prevé reducir las emisiones de su país en un 17 por ciento para el año 2020 frente a los niveles de 2005. El esfuerzo será progresivo, de manera que para 2025 se habrá reducido en un 30 por ciento, para el año 2030 un 42 por ciento, y para el 2050 un 83 por ciento.

El anuncio del cambio de fechas de Obama ha sido acogido con satisfacción entre los líderes internacionales. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, indicó que ''se congratula de esta decisión que representa una señal de la importancia que EEUU otorga al éxito de esta reunión''.

En el Congreso, el presidente de uno de los comités encargados de la legislación sobre cambio climático en la Cámara de Representantes, Edward Markey, indicó que al aceptar financiar los cambios necesarios en los países pobres, Obama ''ataja uno de los principales problemas que impiden un acuerdo'' en la reunión.

El cambio de fechas podría representar una ventaja adicional para el presidente estadounidense: su consejero de Seguridad Nacional, James Jones, apuntó que Obama podría reunirse en Copenhague con el presidente ruso, Dmitri Medvédev. Podría ser una buena ocasión para que ambos firmaran, si está listo para entonces, el tratado de desarme nuclear que ambos países negocian para que sustituya al START expirado ya.