Illinois, Wisconsin y Michigan son los estados más afectados por una ola de frío polar que está siendo especialmente agresiva en el medio oeste de Estados Unidos, con temperaturas de entre -30 y -60 grados.
Cierres de colegios, negocios, carreteras y hasta aeropuertos han llegado a bloquear la actividad de millones de estadounidenses, que afrontan con estoicismo el vórtice polar tras las copiosas nevadas de los últimos días.
Hasta la mañana del jueves las temperaturas caerán hasta 32 grados centrígrados, lo que da idea del extremo frío que tienen que soportar millones de personas.
