Once años después del día que sacudió al mundo

Un pareja coloca banderitas estadounidenses como homenaje a las víctimas de los atentados del 11-S en un parque de Charlotte, Carolina del Norte (EFE/ Davis Turner)

La ciudad de Nueva York vive un nuevo aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, que en esta ocasión estarán marcados por la espinosa cuestión de la asistencia sanitaria a los trabajadores que realizaron la limpieza y desescombro de las Torres Gemelas.

Las autoridades federales anunciaron hoy que el cáncer será considerado oficialmente una de las enfermedades relacionadas con el 11S, por lo que las personas que trabajaron en la Zona Cero y contrajeron o desarrollen hasta unas cincuenta variedades de la enfermedad recibirán fondos oficiales para la cobertura médica.

La decisión del doctor John Howard, director del Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, supone un viejo reconocimiento para muchos enfermos -miembros de servicios de emergencia, trabajadores de la construcción y habitantes de la zona más próxima- convencidos de que contrajeron cáncer respirando polvo impregnado de toxinas tras el derrumbamiento de las torres. "Añadir estos tipos de cáncer respaldará algo que ya sabemos que es cierto: que nuestros héroes están enfermos, y algunos mueren de cáncer contraído al respirar las toxinas de la Zona Cero", dijo la senadora federal por el estado de Nueva York Kirsten Gillibrand.

El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, consideró por su parte que la decisión "asegurará que quienes enfermaron debido a los atroces atentados del 11S reciben el cuidado médico que necesitan y merecen", según dijo en un comunicado.

Sin embargo, añadir más enfermos (muchos de ellos graves) a la lista de beneficiarios de la llamada Ley Zadroga para compensar a quienes sufren problemas de salud relacionadas con las partículas respiradas tras la caída de las Torres Gemelas reducirá con toda probabilidad las compensaciones, ya que habrá más personas para beneficiarse de una cantidad ya fijada (4.300 millones de dólares).

MEMORIAL
De cara a la ceremonia, este lunes se notaba ya un incremento del despliegue de cuerpos de seguridad en algunas zonas claves de la ciudad, como edificios oficiales importantes o estaciones de transporte público.

El acto estará protagonizado, un año más, por la lectura de los nombres de las 2.983 víctimas de los ataques contra el World Trade Center en Nueva York, la sede del Pentágono junto a Washington y el avión secuestrado por terroristas que se estrelló en Pensilvania cuando se dirigía hacia la capital, así como de los seis muertos del atentado de 1993 contra las Torres Gemelas.

El acto comenzará a las 12.39 GMT y, tras seis interrupciones -a la misma hora en que los cuatro aviones se estrellaron y se derrumbaron las dos torres-, concluirá a las 16.30 GMT.

Después de que la conmemoración del año pasado, por el décimo aniversario, contó con la presencia del presidente estadounidense, Barack Obama; su antecesor en el cargo, George W. Bush, y sus respectivas esposas, e incluyó la música en directo de intérpretes como Yo Yo Ma, James Taylor y Paul Simon, esta vez todo será más discreto y sólo están previstos el Coro Joven de Nueva York y una banda de gaitas y tambores.

El año pasado se abrió un parque en recuerdo a los atentados (cuatro hectáreas de extensión), y desde entonces lo han visitado más de cuatro millones de personas.

EL EMBLEMA A LA LIBERTAD
Mientras tanto, continúan las obras para la construcción del edificio único que sustituirá a las Torres Gemelas, conocido como Freedom Tower (Torre de la Libertad) y cuya conclusión está prevista para dentro de dos años, con un coste estimado de 3.900 millones de dólares.

La torre, incluyendo la aguja, tendrá una altura total de 541,68 metros (la cifra simbólica de 1.776 pies, en honor al año de la Declaración de Independencia de EE UU.).

El edificio tendrá un total de 279.000 metros cuadrados de oficinas, y entre sus primeros inquilinos se conocen ya la editora Condé Nast y la Agencia de Servicios Generales (GAA, por sus siglas en inglés, una oficina de administración del Gobierno federal de EE UU).

Otro nuevo edificio de oficinas situado al lado, el World Trade Center 4, abrirá antes, en 2013, mientras el edificio 3 no estará completado hasta 2015 como pronto.

El gran intercambiador de transportes, diseñado por el español Santiago Calatrava, comenzará a funcionar en 2015 reuniendo en un mismo lugar 13 líneas de metro y varias de ferrocarril de cercanías.

El museo que recordará los atentados, y que no estará finalizado hasta 2014, anunció que ha recogido fotografías de 2.962 de las víctimas.

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