Sarkozy decide remodelar su gobierno en respuesta a la derrota electoral

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha decidido remodelar su Gobierno, tras la severa derrota de su partido en las elecciones regionales, que va a suponer que la izquierda esté al frente de veintitrés de las veintiséis regiones del país. Sarkozy dedicó la jornada del lunes a realizar consultas con buena parte de los pesos 'pesados' de la derecha francesa, empezando por su primer ministro, François Fillon, al que eximió de presentarle la dimisión, después de reconocer ''(su) parte de responsabilidad'' en los resultados de la segunda vuelta de las regionales, celebrada el domingo.

Unos resultados que, más allá de la interpretación del muy alto nivel de abstención (48,92%), certifican el triunfo incontestable de las candidaturas de izquierda (54,11%) y el fracaso de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) del presidente francés (35,37%). La izquierda -unida en la inmensa mayoría de las regiones en virtud de un pacto entre el Partido Socialista (PS), ecologistas y el Frente de Izquierdas de los comunistas- no había logrado un éxito de esa magnitud en unos comicios desde 1981. Con este triunfo, controlará veintiuna de las veintidós regiones de la Francia metropolitana, todas excepto Alsacia, además de Guadalupe y Martinica.

En espera de un anuncio sobre la remodelación gubernamental, que el secretario general del Elíseo, Claude Guéant, avanzó el sábado que sería de carácter ''técnico'', la identidad de los visitantes de Sarkozy y los comentarios de miembros de la mayoría sirvieron para alimentar posibles cambios.

Primer señalado
La idea que suena de forma más insistente es la sustitución del titular francés de Asuntos Sociales, Xavier Darcos, uno de los ocho ministros que encabezaban otras tantas candidaturas de la UMP a la presidencia de una región, en su caso Aquitania, y que sufrió un verdadero varapalo en las urnas, al obtener el 28,01% de los votos, menos de la mitad del 56,34% del socialista Alain Rousset.

Las quinielas dan como favorito para reemplazar a Darcos al frente de ese departamento, que va a tener que liderar la reforma fundamental de las pensiones (programada por Sarkozy para la segunda parte de este año), al actual responsable del Presupuesto, Eric Woerth.

El diputado de la UMP François Baroin, quien ya fue ministro con el anterior presidente francés, Jacques Chirac, y que se considera el heredero de su línea política, aparece como la persona que puede quedarse con el actual cargo de Woerth, tras ser recibido por Sarkozy después de haber hablado con Fillon.

Otros ministros candidatos pueden ser 'sacrificados' para pagar los decepcionantes resultados en las regionales -todos fueron vencidos en sus respectivos duelos con la izquierda- y quien tiene más posibilidades es la secretaria de Estado de Tecnologías Verdes, Valérie Létard, que optaba a la presidencia de Nord-Pas-de-Calais. Létard, con un 25,9% de los votos, no obtuvo más que la mitad de los sufragios del aspirante de izquierdas Daniel Percheron (51,9%) y se quedó menos de cuatro puntos porcentuales por encima de la candidata del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen.

El FN logró un 9,17% de los votos en el conjunto de Francia, pero, si sólo se contabilizan las doce regiones en las que consiguió mantener sus candidaturas tras la primera vuelta, representa un 17,5%, que marca el resurgimiento de este partido y un paso decisivo para que su líder histórico, Jean-Marie Le Pen, sea sustituido por su hija y ahora 'número dos', Marine.

Pensando en las presidenciales
El PS intentó dar proyección a sus triunfos en cada región con un discurso nacional, con clara voluntad de preparar la batalla por las elecciones presidenciales de 2012, y su portavoz, Benoît Hamon, reclamó a Sarkozy un cambio ''en profundidad'' de sus políticas con un giro ''social'', pues ''una simple remodelación no será suficiente para responder a lo que esperan los franceses''.

La primera secretaria del PS, Martine Aubry, cuyo discutido liderazgo sale reforzado de estos comicios, ha convocado mañana a una foto de familia a los vencedores de su formación en las regiones, pero ahí puede encontrarse de nuevo con el fantasma de las luchas internas.

Sobre todo porque su gran rival, la ex candidata socialista a las presidenciales de 2007, Ségolène Royal, ha salido crecida de estos comicios, al ser reelegida en su región de Poitou Charentes con un 60,61% de los sufragios, frente al 39,39% del aspirante de la UMP, el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau.

Tampoco se aventura tranquila la victoria de sus socios ecologistas, ya que el eurodiputado Daniel Cohn-Bendit lanzó un órdago al proponer una superación de los límites del partido de los Verdes para constituir este año ''una cooperativa política'' con sus aliados, de forma que se esté en posición de fuerza para negociar con los socialistas de cara a las presidenciales.

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