Sarkozy, imputado en el caso Bettencourt

El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy fue imputado por abuso de debilidad en el caso de la multimillonaria Liliane Bettencourt, dentro de la investigación abierta sobre la supuesta financiación ilegal de la campaña que le llevó al Elíseo en 2007.

El exjefe de Estado, que hasta ahora gozaba del estatus de "testigo asistido", compareció hoy ante el Palacio de Justicia de Burdeos durante varias horas, en presencia del mayordomo de Bettencourt, Pascal Bonnefoy.

Los jueces querían determinar cuántas veces visitó el domicilio de la mujer durante la campaña, con el objetivo de estimar si abusó de la debilidad de la heredera del imperio cosmético L'Oréal para conseguir fondos.

El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, consideró hoy la imputación "injusta e incoherente", y aseguró que va a recurrirla "inmediatamente" ante el Tribunal de Apelación de Burdeos.

"El Señor Sarkozy no está por encima de la ley y sobre todo no hoy", había declarado por su parte el abogado de Bonnefoy, el letrado Gillot, cuyo cliente mantiene que Sarkozy visitó a Bettencourt en varias ocasiones, frente a la única vez confirmada por el expresidente.

La octogenaria, según se reveló en octubre de 2011, sufre una "demencia mixta" y el mal de alzhéimer en un "estado moderadamente severo", y la sospecha de que Sarkozy pudo aprovecharse de sus problemas mentales para sacarle dinero partió del testimonio de la antigua contable de Bettencourt, Claire Thibout.

Ésta en 2010 declaró a la policía que tres años antes el administrador de la familia, Patrice de Maistre, le pidió 150.000 euros en efectivo para entregárselos al entonces tesorero de la campaña electoral de Sarkozy, Eric Woerth.

La sospecha se reforzaba por el hecho de que, según daban a entender las agendas confiscadas en el despacho y el domicilio de Sarkozy, este se reunió varias veces con Bettencourt y mantuvo otras tantas citas con otros protagonistas del caso en fechas clave del mismo.

El caso se destapó por casualidad dentro de una investigación paralela por una disputa familiar llevada a los tribunales por la hija de Bettencourt, Françoise Meyers, y Sarkozy es la decimoséptima persona imputada en el mismo.

En noviembre de 2012 y tras un interrogatorio que se prolongó durante más de 12 horas en ese mismo Palacio de Justicia, Sarkozy acabó solo con el estatus de testigo asistido, lo que significaba que en ese momento no se encontraron pruebas suficientes contra él, pero que podía ser llamado de nuevo a declarar.

Los medios especularon hoy con la posibilidad de que los jueces decidan restringirle la posibilidad de viajar o incluso retirarle su pasaporte, lo que acabaría, según los mismos, con que pueda seguir ofreciendo las conferencias sobre política internacional que ha dado en el extranjero desde que dejó la presidencia.