Sarkozy quiere ''reinventar la Ciudad''

Sarkozy durante la presentación del 'Plan Banlieu' (Foto: EFE)
photo_camera Sarkozy durante la presentación del 'Plan Banlieu' (Foto: EFE)

Nicolas Sarkozy aparcó por un día sus apariciones en la prensa del corazón para presentar una de las medidas estrella de su primer año de Presidencia, el plan para los conflictivos barrios periféricos de las ciudades.

Se pudo ver de nuevo la ambigüedad que Sarkozy destila desde su llegada al Elíseo. Con una mano, la misma que reclutó importantes figuras de los movimientos sociales para su política urbana, promete más educación, empleo, transporte y seguridad, especialmente para los más jóvenes. Con la otra, la que golpeó con puño de hierro durante los disturbios de noviembre de 2005, asegura “una lucha sin cuartel contra gamberros y traficantes”. 

Política de zanahoria...
¿Novedades respecto a lo prometido hasta ahora? Básicamente la dotación presupuestaria para un discurso que comenzaba a convertirse en retórica. El Estado destinará 500 millones de euros los próximos cinco años para sacar del aislamiento a estos barrios. El titular -no podía faltar un titular en un discurso de Sarkozy- es “quiero reinventar la ciudad”.

"En esos últimos 20 años hemos aprendido que no bastaba con crear un Ministerio de la Ciudad, desbloquear fondos ni repintar los edificios para que en ciertos barrios cada vez más habitantes no se sientan abandonados por todos", afirmó el jefe de Estado.

"Es inadmisible que en ciertos barrios de la República la población esté bajo arresto domiciliario", dijo Sarkozy, como metáfora para describir la falta de transporte público en muchas zonas que rodean las grandes urbes francesas.

El Plan prevé también la generalización de las “escuelas de segunda oportunidad” para que jóvenes que salieron de los liceos sin un título no estén abocados al atolladero y los “contratos de autonomía” con los que ayudar a unos 100.000 jóvenes a encontrar un empleo en los próximos tres años. 

...y palo
Sarkozy insistió en que el Estado ayudará a quien quiera ayudarse, pero que declarará la “guerra sin cuartel a los traficantes, gamberros y mafiosos”.  Así, 4.000 policías adicionales serán desplegados en tres años en los barrios "sensibles" para mantener el orden y combatir las llamadas violencias urbanas.

Sarkozy, que prometió "asumir plenamente la responsabilidad, la aplicación, el seguimiento y los resultados" de esta "guerra" anunciada, señaló que asume "todo lo que ha dicho y hecho" en el pasado con respecto a los barrios conflictivos.

Era una referencia a las polémicas declaraciones en las que, como ministro del Interior, habló de limpiarlos con "manguera de presión" y llamó "gentuza" a ciertos jóvenes, poco antes de la ola de violencia que asoló a decenas de zonas conflictivas durante tres semanas en el otoño de 2005.

En aquella ocasión la tensión llegó a un punto extremo, hasta el punto de que el presidente Chirac decretó el estado de Emergencia durante tres meses.