El presidente del Parlamento Europeo (PE), el socialista Martin Schulz, anunció este jueves su marcha a la política alemana, lo que abre una pugna entre partidos para lograr el liderazgo de la Eurocámara. Tras semanas de intensas especulaciones —los medios ya contemplaban su salto a la Cámara germana—, Schulz quiso zanjar los rumores con una breve comparecencia sin opción a preguntas en Bruselas. "Últimamente ha habido mucha especulación en la prensa sobre mi futuro. He tomado mi decisión: no seré candidato a un tercer mandato como presidente del PE", desveló.
Schulz, que ocupa el cargo desde 2012 y será cabeza de lista del partido socialista alemán (PSD) por el Land de Renania del Norte-Westfalia, se puede convertir en un rival para la canciller alemana, Angela Merkel, en las próximas elecciones en su país. Pero en Bruselas también abre un hueco. El relevo en la Eurocámara está previsto desde 2014, cuando socialistas y populares firmaron un pacto para repartirse la presidencia de la legislatura (2014-2019), en el marco de la "gran coalición" con la que Schulz daba su apoyo al conservador Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea.
Schulz ya batió un récord al repetir mandato, algo que ningún otro presidente ha logrado en la historia del PE
Independientemente de ese pacto, el reglamento de la Eurocámara prevé que el mandato se renueve a mitad de la legislatura y nunca ha habido un mismo representante durante todo el periodo completo. La votación está prevista para el próximo 16 de enero.
Schulz, miembro del SPD desde los 19 años, saltó directamente de la política local a la europea, y ya había batido un récord al repetir mandato, algo que ningún otro presidente ha logrado en la historia de este hemiciclo. De 60 años y librero de profesión, es ante todo un europeísta convencido.
La irlandesa Mairead McGuiness podría convertirse en la segunda mujer en presidir la Eurocámara desde Simone Veil (1979-1983)
Su apego por los valores europeos y por la institución, en la que aterrizó como eurodiputado hace 22 años, le habían llevado a mostrar abiertamente su deseo de luchar por un tercer mandato, un plan que, según algunas fuentes, le apetecía más que volver a la política alemana, aunque finalmente ha optado por este último camino.
La guerra de partidos en la Eurocámara comenzó hace unos días cuando los populares, encabezados por el también alemán Manfred Weber, dejaron claro que presentarían a un candidato para cumplir lo previsto en el pacto, pero todos los escenarios estaban abiertos hasta que Schulz anunciara oficialmente su decisión. Por el momento hay dos aspirantes en el grupo del PPE, mayoritario en la Eurocámara: el presidente de la delegación francesa, Alain Lamassoure, miembro de Los Republicanos y exportavoz de Alain Juppé, y la irlandesa Mairead McGuiness, experiodista y diputada por el Fine Gael, que podría convertirse en la segunda mujer en presidir la Eurocámara desde Simone Veil (1979-1983).
Los socialistas lucharán por mantener su mandato al frente del PE: "No aceptaremos un monopolio de la derecha en la Unión Europea"
Ese partido presentará oficialmente su candidato el 13 de diciembre, pero tendrá que decidir primero a nivel interno y recabar el apoyo de los grupos si quiere lograr la presidencia. Y no parece que los socialistas lo vayan a poner fácil. El líder de la formación (S&D), Gianni Pittella, dijo a Efe que ahora comienza "un debate interno y de consultas" en el grupo, porque considera que debe haber un "principio de equilibrio" político entre las instituciones.
Los socialistas han impulsado una campaña para mantener su mandato al frente del PE, con el argumento de que las tres instituciones no pueden estar presididas por el mismo partido, con Juncker en la Comisión Europea y Donald Tusk en el Consejo. "No aceptaremos un monopolio de la derecha en la Unión Europea", subrayó Pittella.
En este proceso también tienen un papel importante los liberales (Alde), la cuarta fuerza política y partido bisagra de "gran coalición", que decidirán el 29 de noviembre si presentan un candidato o si deciden apoyar a otro aspirante. Esta batalla política no está exenta de críticas, mientras muchos analistas tildan el proceso de "turnismo" y señalan que a la UE le conviene resolverla sin conflictos internos cuando el proyecto europeo es cuestionado.
