Barack Obama sale del Supermartes con la victoria en 13 estados. Hillary Clinton, en 8. Un análisis superficial situaría a Obama descorchando champán y alquilando limusina para cubrir el trayecto hacia la Casa Blanca, pero sería un análisis superficial.
Porque de los 8 estados en los que venció Hillary, tres se llaman Nueva York, New Jersey y California. Los que marcan la diferencia, sin duda, y dejan a la ex primera dama en la Pole Position con la mayoría de delegados que se ponían en juego esta noche en el bolsillo.
Clinton puede dar gracias a los latinos, que la auparon en Nueva York y California (donde consiguió el 75% del 52% del voto hispano). Su tirón entre esta minoría también marcó la diferencia en estados como Arizona o New Jersey.
California, mazazo para Obama...
Uno de los golpes más duros para Obama -y para las empresas de sondeos- llegó en California, el premio gordo de la noche. Si todas las encuestas decretaban máxima igualdad en el estado de Schwarzenegger, la realidad dejó a Hillary con un 55% de los votos... más de 22 puntos más que Obama. De poco pareció servir el “Yes we can” pregonado por la tribu de Hollywood sobre un discurso del senador de Illinois.
La noche comenzaba con buenos presagios para Hillary que se imponía en todos los estados importantes del Este como Nueva York o New Jersey. Pero Obama fue recuperando terreno a medida que pasaban las horas conquistando la mayoría de estados en juego en el centro, llegando incluso a doblar a Clinton en territorios ganados.
Si Obama hubiese vencido en California, hubiese sido un golpe psicológico casi definitivo, pero la paliza de Clinton en este estado la deja nuevamente en la delantera con la victoria en todos los grandes territorios.
...que sigue muy vivo
Aún así, Obama sale vivo del Supermartes. Cierto, ganó en muchos estados pequeños con un valor más simbólico que real y en el que el binomio Clinton hizo poca campaña por su escaso peso demográfico. Pero supera la criba de estos 24 estados a medio cuerpo de Hillary, candidata que todos daban como vencedora inevitable y que llegó a tener hasta 30 puntos de ventaja en las encuestas nacionales.
Su figura sale reforzada incluso yendo más allá de las primarias. Superó la etiqueta de 'candidato racial' venciendo en estados tan 'blancos' como Utah, Dakota del Norte, o Alaska.
Además con un McCain cada vez más consolidado, los medios de comunicación claramente posicionados a su favor forzarán aún más la maquinaria. No será extraño que centren la atención en que es el candidato demócrata con mayores posibilidades de vencer al veterano de Vietnam.
De hecho, la complejidad de este sistema electoral provoca que ni siquiera esté claro cuantos delegados tienen los dos candidatos hasta el momento. Los cálculos de Asociated Press apuntan a que Clinton consiguió en el Supermartes 584 delegados, mientras que Obama habría obtenido 563. Sumados a los que ya tenían de las jornadas anteriores, la senadora por Nueva York acumularía 845, frente a 765 de Obama. Los dos están aún lejos de los 2025 necesarios para alcanzar el nombramiento.
En esta situación, el Supermartes más igualado de la historia deja una situación de teórico empate técnico con casi todo por decidir.
McCain se hace fuerte
Mucho más claras están las cosas del lado republicano. McCain se impuso en ocho estados -todos los importantes- encontrando además un fuerte aliado en Huckabee. El pastor evángelico conquistó la mayoría de estados sureños donde Romney podía hacerle más daño al veterano de Vietnam.
De hecho, una de las pocas conclusiones de este Supermartes es la clara derrota del candidato mormón, que aspiraba a revertir la tendencia favorable a McCain y queda finalmente como “segundo hombre” con el peligro de que un 'outsider' como Huckabee siga lastrando sus aspiraciones entre el electorado más conservador.
Siempre según los cálculos de Asociated Press, McCain sale del Supermartes con 522 delegados de los 1.191 necesarios. Romney tendría 223 y Huckabee 142. La lógica indica que McCain seguirá quemando etapas procurando no desgastarse ni caer en escándalos hasta llegar a la nominación por selección natural. Romney anunció que seguirá en campaña pese a los malos datos, pero una retirada en los próximos días despejaría finalmente el camino.
Y un aviso a navegantes. Huckabee asegura que “la única forma de no ganar una pelea es renunciar a ella y que hasta que alguien me gane, acudiré a cada round”. Considerando quien debe ser su profesor de lucha, mejor no entrar en peleas con él...
