Tercera 'chica de TikTok' condenada a penas de cárcel en Egipto esta semana

El Tribunal de Delitos Menores de Tanta condenó a Manar Samy, arrestada el 1 de julio, a tres años de cárcel y le impuso una fianza de 1.250 dólares. 
TikTok. ARCHIVO
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Un tribunal egipcio condenó este miércoles en primera instancia a una influencer a tres años de cárcel y al pago de una multa de 18.750 dólares por "incitar al libertinaje" a través de la popular aplicación de TikTok, delito por el que han sido condenadas a penas de prisión otras dos jóvenes esta semana. 

El abogado de la joven, Hany Basioni, declaró a la prensa local que la madre de Manar Samy pagará la fianza y destacó que la detenida se encuentra afectada por no poder ver a su hija. 

La influencer, una treintañera que se define como bloguera de moda, difundía vídeos en TikTok con los que la Fiscalía General egipcia consideró que pretendía "llamar la atención y ganar dinero".  Samy es la tercera de las llamadas "chicas de TikTok" condenada esta semana, después de que varias influencers hayan sido detenidas desde marzo pasado. 

El lunes el Tribunal de Delitos Menores de El Cairo sentenció en primera instancia a dos años de cárcel y a una multa de 18.730 dólares a Haneen Hossam y Mawada al Adham por "incitar al libertinaje" y "ofender los valores familiares" de Egipto. También fueron condenados a las mismas penas tres jóvenes varones que "administraban las cuentas" de esas dos influencers, que cuentan con millones de seguidores en las redes sociales TikTok, Instagram y YouTube. 

Mawada y Haneen -de 22 y 20 años, respectivamente- fueron acusadas por la Fiscalía de "cometer actos inmorales" a través de las redes sociales, donde publicaban regularmente vídeos en los que aparecían bailando, cantando o promocionando productos de belleza. 

El caso de las 'chicas de TikTok' está generando gran debate social en este país árabe musulmán. Una parte de la opinión pública defiende las duras medidas contra las jóvenes, que se han atrevido a salirse de las normas sociales y morales conservadoras, mientras que defensores de derechos humanos y activistas ven una mayor restricción a la libertad de expresión. 

El Gobierno del presidente Abdelfatah al Sisi ha cerrado cada vez más los espacios para expresarse libremente en el país, tanto en las calles como en internet, y ha perseguido las voces críticas, sobre todo a los islamistas, al mismo tiempo que ha querido defender valores tradicionales y religiosos.

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