La ultraderecha alemana, en pie de guerra contra los refugiados

Las protestas se deben a la muerte de un alemán, presuntamente, a manos de un demandante de asilo

Los manifestantes corean consignas contra Merkel y los refugiados. FRANZ FISCHER
photo_camera Los manifestantes corean consignas contra Merkel y los refugiados. FRANZ FISCHER

La ultraderecha alemana volvió a manifestarse este jueves en Chemnitz en contra de la canciller Angela Merkel y de la presencia de refugiados en el país, en una concentración pacífica, después de que a comienzos de la semana se registrasen incidentes. 

La marcha fue convocada por el grupo Pro Chemnitz, dentro de las protestas que han tenido lugar a lo largo de la semana por la muerte de un joven en la ciudad el domingo, presuntamente apuñalado por un demandante de asilo. 

Durante las primeras manifestaciones se produjeron ataques contra personas de apariencia extranjera y en algunas de ellas se hizo el saludo nazi. 

REUNIÓN. En paralelo a la marcha de este jueves y a otra concentración en contra de la misma, el primer ministro del estado federado de Sajonia, Michael Kretschmer, y la alcaldesa de Chemnitz, Barbara Ludwig, se reunieron con habitantes de la ciudad en un estadio cercano para responder a sus preguntas. En ese encuentro también participó parte del Gobierno regional, entre ellos el ministro de Interior, Martin Dulig.

Al comienzo de la reunión, Kretschmer pidió un minuto de silencio por la víctima del crimen y prometió hacer todo lo posible para aclarar lo sucedido y para que los responsables sean castigados.

Kretschmer llamó a mantener la calma y pidió no creer todas las informaciones que circulan en internet, ya que muchas de ellas buscan generar discordia. 

"Por ejemplo, se ha dicho que todo empezó por una mujer que fue atacada y que la víctima trató de defenderla. Hemos hablado con los policías y eso parece ser falso", dijo Kretschmer. 

En algunos momentos de su intervención, Kretschmer fue abucheado por parte de la audiencia. Pero los abucheos fueron mayores cuando intervino la alcaldesa Ludwig, quien definió a Chemnitz como una ciudad que está actualmente entre el amor y el odio. 

"El duelo es una forma de amor y la situación es especialmente difícil para los que verdaderamente están de duelo porque no encuentra la paz necesaria", indicó. 

Ludwig, y ahí aumentaron los abucheos, criticó a los manifestantes, quienes —dijo— no habían colaborado con la Policía. 

Luego, cuando los ciudadanos tuvieron la palabra, hubo quejas de que en los últimos días las informaciones sobre las manifestaciones sugerían que Chemnitz estaba habitado solo por neonazis. 

"Los cinco idiotas que mostraron el saludo nazi no son representativos", recalcó una de las asistentes, que responsabilizó a los medios de la impresión dada.