Un grupo de indignados portugueses protesta contra el rescate del BES

Un pequeño grupo de indignados portugueses protestaron hoy en Lisboa, a las puertas de la sede del intervenido Banco Espírito Santo (BES), por el rescate del que será objeto el banco a través de una inyección de fondos públicos.

"La banca tiene que ser considerada como cualquier otra empresa", declaró a Efe uno de los portavoces de la protesta, el economista Vítor Lima.

Lima avisó del "enorme riesgo" en el que el Estado luso incurre por recapitalizar la división de activos saludables del extinto BES ("Novo Banco") por valor de 3.900 millones de euros, procedentes de un crédito de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La fuga de depositantes o el descubrimiento de más créditos de alto riesgo son algunos de los riesgos nombrados por el portavoz.

"No nos compete a los ciudadanos ayudar a los bancos", abundó el economista, de 67 años.

El colapso del BES, considerado el mayor escándalo financiero de la historia del país, también puede poner en riesgo parte los 7.000 empleos del extinto banco, según asumió esta semana Vítor Bento, el presidente del Novo Banco, institución en la que pasaron los depósitos y ahorros de los antiguos clientes del BES, así como los créditos considerados "buenos".

Sin embargo, los accionistas, tanto los pequeños como los grandes, e inversores en deuda a corto plazo pasarán a integrar el conocido como "Banco Malo" de activos prácticamente irrecuperables, donde también se agrupan los créditos tóxicos que precipitaron el descalabro del que fue el tercer mayor banco portugués.

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