Unos 200 uigures armados se enfrentan a la policía en China

Las protestas han vuelto este miércoles a las calles de la capital de la región de Xinjiang, al noroeste de China, en el cuarto día de los graves enfrentamientos étnicos entre la minoría musulmana uigur y la etnia han, mayoritaria en el país, tras una noche de tensa calma. Los disturbios de las últimas horas han obligado al presidente chino, Hu Jintao, suspender su participación en el G-8 en Italia y regresar al país.

Unos 200 uigures han salido a la calle con armas improvisadas en un barrio musulmán de Urumqi. Según ha constatado un periodista de la agencia de noticias AFP, este grupo se ha enfrentado al cordón policial que separa esta zona de la ciudad de otros barrios donde la mayor parte de la población es de etnia han.

Perseguidos por los chinos han
Los uigures protestan por la persecución que han sufrido en las últimas horas por parte de masas de chinos han, que este martes salieron a la calle armados con palos y barras de hierro clamando venganza contra la minoría musulmana, mayoritaria en la región de Xinjiang.

"La pasada noche, unos 300 hans atravesaron el cordón de seguridad y atacaron casas y un restaurante", afirma a la agencia AFP un musulmán de 20 años, que asegura que incluso "golpearon a un hombre de 50 años".

Los disturbios que encaran su cuarto día estallaron el pasado domingo, cuando una protesta de la minoría uigur acabó con un baño de sangre que dejó 156 muertos y más de un millar de heridos, en los hechos más graves ocurridos en China desde la matanza de Tiananmen. La región de Xinjiang lleva décadas siento una zona de conflicto étnico.

Los musulmanes protagonizaron la manifestación, en principio pacífica, para protestar por el linchamiento que sufrieron el pasado 26 de junio los trabajadores uigures de una fábrica de juguetes después de que se extendiera el rumor de que habían violado a dos jóvenes de etnia han. Dos uigures murieron en este enfrentamiento.

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