715 kilómetros hasta Poio por un cachorro

Su nombre es Mapu y durante la pasada semana su cara ilustró casi cada calle de Combarro, su nombre sonó en la emisora local Radio Poio, tuvo tras de sí a los agentes de la Policía e incluso pasó una velada en la casa de una concejala de la Corporación municipal.

A juzgar por toda esta ristra de peripecias, podría tratarse de un cantante famoso de concierto en Poio o un galán de cine de vacaciones en el ayuntamiento. Sin embargo, el protagonista de estos hechos es un perro, el de una familia de Badajoz que lo perdió en el municipio y no dudó en remover cielo y tierra hasta dar con él. Y es que si hace un par de meses el loro Paco tuvo en vilo a la ciudad de Pontevedra y alrededores, en los últimos días le ha tomado el relevo en Poio el can Mapu.

La historia comenzó el pasado Día de Colón. Durante el festival, numerosos artesanos instalaron sus puestos en el casco histórico de Combarro para la jornada medieval y, entre ellos, también lo hicieron los propietarios de Títeres La Tiendita, procedentes de la provincia extremeña. Los responsables del negocio acudieron acompañados por su hija de 3 años y por el perro de la familia, un bonito cachorro de mastín.

En el transcurso de la fiesta y entre todo el gentío, perdieron de vista al animal y éste desapareció. Aunque lo buscaron por todo el casco histórico de Combarro y sus alrededores, no consiguieron dar con su paradero.

Así lo explicó su dueño, Raúl Cabrera: «Intentamos dar con Mapu, pero fue imposible y aunque a nosotros nos dio mucha pena, a quien más afectó la pérdida fue a nuestra hija, Kai, de tres añitos, que está muy unida al perro. No paraba de llorar, estaba muy inquieta y lo estaba pasando fatal. Aún así, el domingo nos tuvimos que marchar a Touro, en A Coruña, a otro mercado artesano que se celebraba allí. Pero ellunes volvimos a Poio para volver a buscar a Mapu. Hicimos carteles con su fotografía y los pegamos por todo Combarro. También fuimos al Ayuntamiento a explicarles la situación y a pedirles que, si aparecía, por favor nos avisasen. Allí conocimos a la concejala de Educación, Luz Senra, le contamos el caso y ella se comprometió a ayudarnos y a avisar a la Policía Local por si veían al perro deambulando por ahí y también a pasar la nota a la emisora de radio municipal para que se hiciese eco de la pérdida y de este modo ayudar a dar con él. Nosotros pensamos que lo había robado alguien, porque es un animal muy manso, y regresamos a Badajoz».

UNA SEMANA MUY TRISTE

Raúl indicó que, durante los días siguientes, su hija pasó una semana muy triste. «Tanto fue así, que incluso empezamos a buscar otro perrito para adoptarlo, a ver si la niña se animaba », indicó. Cuando iban a hacerlo, recibieron la llamada de la concejala Luz Senra, avisándoles de que Mapu había aparecido y que, conocedora de su historia, se lo había llevado a su casa y los estaba esperando. Sin pensarlo dos veces, la familia volvió a Poio desde Montijo (Badajoz) para reencontrarse con su mascota.

Y es que 715 kilómetros y unas siete horas de viaje en coche (y otro tanto de vuelta) no son nada cuando se trata de recuperar a un ser querido, aunque sea un animal, y de devolver la sonrisa a una niña.

Raúl Cabrera agradeció la colaboración del Concello y especialmente de Luz Senra, «que desde el primer momento se implicó muchísimo con nosotros y nos ayudó mucho», dijo. Según bromeó el dueño del perro, «durante todos esos días que el perrito estuvo desaparecido le pedimos a San Judas Tadeo, el patrón de los imposibles, para que apareciese de nuevo y éste nos cumplió el milagro, así que ahora le ampliamos el nombre: Mapu Judas».

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