? Perfil: Abuelita malhablada, bebedora e incansable fumadora

Tenía 83 años y había decidido jubilarse después de sesenta dedicados a la interpretación: Mariví Bilbao la abuelita malhablada y fumadora, bebedora de Chinchón y afilados comentarios, cortantes como su figura liviana y su mirada socarrona, ha bajado el telón definitivamente entre los aplausos de su gente.

"Hoy es un día muy triste. Se nos ha muerto Mariví Bilbao. Ovación cerrada en plató por la mujer más grande del planeta. D.E.P. ¡Estrella!". La despedida está en la cuenta de Twitter de Alberto Caballero, director y guionista de Aquí no hay quien viva, el hombre que se inventó a Marisa Benito, su alter ego televisivo.

Secundaria de lujo, vivió la popularidad a la edad de la jubilación, primero en Antena 3, donde trabajó más de tres años a las órdenes de Caballero, y después, en 2007, en la nueva serie que emitió Telecinco con el mismo equipo técnico y artístico aunque distintos personajes, La que se avecina, donde fue Izaskun.

Con ellos trabajó la actriz hasta el año pasado, cuando, sin pelos en la lengua, como tenía acostumbrado a su público, soltó que se iba, y no por estar enferma ni porque la hubieran echado, sino porque ya estaba bien.

Según dijo entonces Elvira, su única hija, "en la televisión le han dado siempre papeles amables, pero yo la veo mejor de mala malísima, porque tiene una expresión muy dura, de cortarte la respiración".

En Salto al vacío, de Daniel Calparsoro (1995), recordaba su hija, "hizo de cabrona como nadie".

María Victoria Bilbao-Goyoaga Álvarez, más conocida como Mariví Bilbao, nació en la capital vizcaína el 22 de enero de 1930 ya con ganas de ser actriz.

Socia fundadora de Akelarre, uno de los grupos de teatro independiente más destacado de Euskadi, con poco más de veinte años se cambió el nombre para que su padre no supiera a qué se dedicaba: abrió las páginas amarillas y copió el primer nombre, Ángela Valverde.

Debutó en el cine con papeles protagonistas en cortometrajes como La interrogación, de F. Bardají, y Playa insólita (1962), de Javier Aguirre, o Agur Txomin (1979), de Juanma Ortuoste y Javier Rebollo.

Conoció la fama en 1981, con su papel en Siete Calles, nuevamente con Ortuoste y Rebollo, directores a los que siguió siempre muy unida.

En sus últimos años como actriz trabajó en varias ocasiones con Daniel Calparsoro -A ciegas (1997), Calor... y celos (1996)-, y con el cambio de siglo se puso a las órdenes de Chus Gutiérrez, El Calentito (2005), Vicente Aranda; Carmen y Torremolinos 73 de Pablo Berger (ambas de 2003); de nuevo Javier Rebollo, Marujas asesinas (2001), o Álex de la Iglesia La comunidad (2000).

Además la veterana actriz colaboraba con diversos programas y series de la televisión autonómica vasca y prestaba su imagen a campañas solidarias, como Mójate por la esclerosis múltiple.

Entre sus trabajos cinematográficos más recientes figuran: Maktub (2011), de Paco Arango, y la que seguramente ha sido su última colaboración en el cine: La venta del paraíso, de Emilio Barrachina, que se estrena el próximo 19 abril.

En 2004, recibió un premio de la Unión de Actores por Aquí no hay quien viva, trabajo por el que fue de nuevo premiada en 2005 por la Academia de Televisión de España.

Obtuvo una Biznaga de Plata del Festival de Málaga a la Mejor interpretación femenina por el cortometraje La primera vez y el reconocimiento a su trayectoria de la Asociación de Actores Vascos premio El Abrazo (1996). Y en 2006 fue elegida por votación popular como pregonera de las fiestas de la Semana Grande de Bilbao.

Entre las anécdotas de su vida, queda el viaje a Hollywood con el equipo de Borja Cobeaga, nominado a los Oscar en 2007 por el cortometraje Éramos pocos. Como no había conseguido conocer a Clint Eastwood, la ilusión de su vida, se encendió un cigarrito y retó la prohibición de la organización americana: ''Total, si no hemos ganado", dijo, y siguió fumando.

Comentarios