ANÁLISIS► Susana Díaz, esta vez sí

"Si el tren pasa otra vez, ya se verá". Estas palabras fueron pronunciadas por Susana Díaz en diciembre de 2014, apenas seis meses después del Congreso del PSOE en el que tras muchas dudas dejó "pasar el tren" y decidió aupar a Pedro Sánchez, con quien ahora se medirá, además de con Patxi López.

Díaz dejó descolocados a muchos dirigentes de su partido cuando en junio de 2014 decidió retirarse de la carrera de las primarias para suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba; muchos habían apostado por su candidatura aunque ella nunca la anunció, y su renuncia fue determinante para que Sánchez tomara la decisión de presentarse.

Díaz y los suyos respaldaron entonces a Sánchez para cerrar el paso a Eduardo Madina, pero la alianza duró poco y las especulaciones sobre su "salto" a Madrid han sido constantes, sobre todo tras ganar -hace ahora justo dos años- las elecciones andaluzas, el primer triunfo del PSOE tras encadenar varias derrotas electorales en España.

Pero la dirigente andaluza administra sus tiempos. No fue esa la única vez en la que, pese a la insistencia de muchos de sus compañeros, sobre todo los barones, decidió permanecer en su tierra.

"Mi pasión es Andalucía y el único tren que voy a coger es el de Andalucía", proclamó en la siguiente ocasión para cortar de raíz los rumores sobre si se presentaría, siete meses después, a las primarias para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno.

Desde aquella primera ocasión en la que dijo "no", Díaz ha ido sumando victorias electorales en su tierra (europeas, generales y autonómicas) a la par que su partido iba acumulando derrotas a nivel nacional, y la posibilidad de que se hiciera con las riendas de la organización ha sido objeto de especulación permanente.

Ante el desgaste sufrido al posicionarse en contra de que el PSOE intentara gobernar tras el "batacazo" de las elecciones generales y después de haber sido acusada de dar un "golpe encubierto" para desbancar a Sánchez, Díaz, consciente de que había quedado "tocada", se mantuvo en silencio a la espera de que cicatrizaran las heridas.

Sabedora, además, del riesgo de compatibilizar la secretaría general con la Presidencia de la Junta, ha medido cada uno de sus pasos hasta asegurarse de pisar terreno firme, de modo que, aún estando su futuro y el de su partido en manos de los militantes, todo parece indicar que los datos que maneja le "aseguran" una mayoría en las primarias.

En todo caso, Díaz parece mirar más allá de este proceso interno y, por encima de los militantes, aspira a que los votantes socialistas puedan reencontrarse con un partido "útil" que "sabe de donde viene" sin que ello suponga "volver al pasado", como ha subrayado en algunas de sus intervenciones públicas.

A pesar de haber esperado tanto tiempo, siempre ha negado "tacticismo" en su toma de decisiones, y ante esta nueva cita de primarias ya avisó a finales del pasado diciembre que hablaría cuando se abriera el proceso congresual.

"No me va a condicionar nada ni nadie; tomaré la mejor decisión para mi partido y mi tierra; primero el proyecto y luego quién será el mejor entrenador", fueron sus palabras -resumidas "primero 'el qué' y después el 'quién"- como así ha sido: ha esperado a la presentación de la ponencia política del Congreso del PSOE (25 de marzo) y lo anunciará formalmente al día siguiente en Madrid.

Pero unos meses antes había dado ya alguna "pista" recurriendo al refranero -"Vísteme despacio que tengo prisa"- y, dado que otros ya habían adelantado su candidatura, decidió ser más explícita en uno de los muchos actos que ha protagonizado desde entonces: "Tengo fuerza, tengo ilusión y me encanta ganar", dijo el 12 de febrero en Madrid ante más de 2.500 socialistas, la mayoría alcaldes y concejales convocados por el regidor de Vigo, Abel Caballero.

Pero no ha sido éste el único gran acto que ha protagonizado, pues a diferencia de sus adversarios en las primarias, su doble condición de presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE de Andalucía le aseguran la proyección dentro y fuera de su partido.

Así, ha protagonizado y se ha dejado ver en otros muchos, que le han servido, entre otras cosas, para tratar de "coser" las costuras rotas del PSOE, como el de la presentación de un libro en Madrid sobre el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.

A ese acto acudió también el dirigente socialista catalán, Miquel Iceta, con el que intercambió confidencias hasta el punto de conseguir que al día siguiente se desplazara a Sevilla y ambos manifestaran su voluntad de "unir" para fortalecer el PSOE.

La presidenta andaluza, que "no da puntada sin hilo", comenzaba así el camino hacia el liderazgo y los actos de precampaña -sin anuncio oficial de la candidatura- se fueron sucediendo en paralelo al apoyo explícito de los barones: Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán, Emiliano García Page, Ximo Puig, además de dirigentes destacados, como el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y, a su manera, Felipe González.

Desde el pasado enero, Díaz ha protagonizado actos en Palencia, Salamanca; la comarca leonesa de El Bierzo; Alcalá de Los Gazules (Cádiz); Madrid; Azuqueca de Henares (Guadalajara); Valencia; Sevilla; Málaga y Roquetas de Mar (Almería), muchos de ellos con la "percha" de la conmemoración del Día de Andalucía (28 de febrero).

Al mismo tiempo, consciente del desgaste que puede suponer el intento de compatibilizar ambas actividades, la andaluza ha tratado de separar "al milímetro" su doble tarea y retrasar lo más posible el anuncio ante las críticas de la oposición, incluido Ciudadanos -su "socio" de investidura- que "semana sí, semana no" le insta a que "se ponga las pilas" y agilice los acuerdos firmados.

Y en medio, le han estallado conflictos como el de las "mareas" sanitarias en Andalucía o las movilizaciones en la educación por los conciertos con la concertada, además de la polémica sobre el impuesto de Sucesiones, a los que ha tratado de dar respuesta para evitar el desgaste antes de presentarse como la "mejor opción" para liderar el proyecto de su partido en España.

Simultáneamente, supervisa la tarea de la gestora del PSOE, en la que tiene como portavoz al andaluz Mario Jiménez, y la del Congreso de los Diputados, para subrayar la oposición "útil" de su partido.

En sus intervenciones públicas ha "presumido" de que el PSOE ha logrado que se haya aumentado el Salario Mínimo Interprofesional, que se haya paralizado la Lomce y hasta que se convocara la Conferencia de Presidentes para impulsar la reforma del sistema de financiación autonómica.

Con esa "carta de presentación" -y acompasada al proceso interno de su partido, a punto de dar el pistoletazo de salida a la carrera de las primarias- Díaz confirmará, esta vez sí, que competirá.

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