ANÁLISIS: Terceras elecciones el día de Navidad, ¿más presión para el PSOE?

El inicio de la investidura el próximo 30 de agosto abre una posibilidad inédita, ya que, si ningún candidato obtiene la confianza del Congreso pasados dos meses, las terceras elecciones serían el 25 de diciembre, el día de Navidad, una fecha tan relevante como para redoblar la presión sobre los demás partidos, en especial al PSOE.

El artículo 99.2 de la Constitución establece: "Si transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación de la investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso".

Por tanto, si Rajoy, candidato con el encargo del Rey, no obtiene mayoría absoluta en la primera votación (31 de agosto) ni mayoría simple, más síes que noes, en la segunda (48 horas después, el 2 de septiembre), comenzará a contar lo que varios líderes políticos, dirigentes y parlamentarios han llamado "el reloj de la democracia". Un reloj que se para en dos meses. O lo que es lo mismo: si antes del 31 de octubre nadie consigue el respaldo del Congreso para ser presidente, se disuelven las Cortes y se convocan las elecciones.

Y como la legislación marca que la fecha de los comicios se pondrá 54 días después de la firma del decreto de disolución del Congreso y del Senado, las cuentas no engañan con el calendario en la mano: el 25 de diciembre, regalos navideños y a votar.

Así que la clase política española, la ciudadanía en general, tiene delante una hipótesis ahora mismo plausible, dado que a la candidatura de Rajoy no le basta el apoyo de los 32 escaños de Ciudadanos.

El propio Rajoy hizo ayer la suma en la rueda de prensa posterior al Comité Ejecutivo Nacional de su partido: la unión de los escaños de su partido y de los de Albert Rivera alcanza los 169 síes, a los que habría que sumar el probable de Coalición Canaria. Es decir, 170.

Con este bagaje de respaldo, Rajoy no puede superar la segunda votación del 2 de septiembre, cuando se requieren más votos a favor que en contra, habida cuenta de que hay 180 diputados que ahora mismo le dicen no: PSOE (85 escaños), Unidos Podemos (67), ERC (9), PNV (5), la antigua Convergència (8), Compromís (4) y Bildu (2).

Para que Rajoy salga reelegido en segunda votación necesitaría, como mínimo, 11 abstenciones. Precisamente, es la abstención del PSOE lo que PP y Ciudadanos vienen reclamando últimamente con ahínco. Sin embargo, los socialistas, con Pedro Sánchez a la cabeza, han prometido y comprometido que no se mueven del no.

Por tanto, hoy, tal y como está la aritmética de los apoyos al líder del PP, es factible pensar que unas terceras elecciones son muy probables. Y como ya se sabe la fecha de la investidura, es factible pensar en unas elecciones el día de Navidad.

Fuentes del PP consultadas no consideran que la elección del 30 de agosto como día del inicio del debate de investidura sea una medida de presión a los demás partidos, especialmente al PSOE, pero reconocen que, si hay una prioridad en estos momentos, ésa es evitar las terceras elecciones en un año.

La repetición electoral como consecuencia de una investidura fallida y de la ausencia de mayorías suficientes no es algo nuevo: le sucedió al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el 2 y el 4 de marzo pasados, cuando tras una primera y segunda votaciones el Congreso le negó la investidura.

Entonces corrieron dos meses, hasta el 2 de mayo, durante los que el Rey celebró una ronda de consultas con los líderes políticos (a finales de abril) con la finalidad de sondear el estado de las negociaciones para formar gobierno. Constató que era imposible y disolvió las Cortes. Se contaron 54 días desde entonces y se redondeó en el calendario la fecha de la primera repetición electoral de la democracia: el 26 de junio. Puede que suceda algo parecido a partir del próximo 31, pero con un hipotético desenlace totalmente nuevo: ir a votar el día de Navidad.

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