ANÁLISIS. Siete claves para entender el futuro de Ence en la ría

Adrián Rodríguez ofrece las claves para entender cómo ha sido el proceso que ha llevado a la empresa a tener casi amarrada su permanencia en la ría de Pontevedra más allá de 2018 y cuáles son los pasos que aún faltan por dar en ese camino

Adrián RodríguezLa continuidad de Ence en Lourizán sigue sumando muescas favorables. Tras los anuncios de ayer, este es el panorama general:

1. ¿En qué ha cambiado la situación de Ence?
Lo que ayer se representó en Madrid fue la primera comparecencia pública de los responsables de Ence en la que se dibuja un panorama optimista sobre su permanencia en Pontevedra. Hasta ahora, todo habían sido advertencias sobre la posibilidad, real por otra parte, de que la empresa hiciese las maletas ante las dificultades encontradas por el camino. Ya no. El cambio en la Ley de Costas y la variación de la estrategia dentro del PPdeG, en estos momentos favorable a la continuidad en Lourizán, han supuesto los dos hitos más importantes para que el futuro de la empresa se haya despejado.

2. ¿Está cerrado el acuerdo con la Xunta?
No. El Gobierno central es el que ha allanado el camino legislativo para que la continuidad sea posible legalmente, pero la Xunta tendría capacidad para oponerse a la actividad de Ence si quisiese. O al menos para intentarlo. Pero ya no quiere. Lo que busca es un acuerdo satisfactorio que se traduzca en un mantenimiento del empleo y en una mejora de las condiciones medioambientales y paisajísticas de la fábrica. A estas alturas, no parece el paso más complicado.

3. ¿Cómo podría oponerse la Xunta?
El anterior conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, solía recordar en privado que era el Gobierno central el que permitía la cesión de los terrenos sobre los que se asienta Ence, pero que era la Xunta la encargada de otorgar los permisos de actividad y que, además, tanto el Plan de Ordenación do Litoral (POL) como las Directrices de Ordenación do Territorio (DOT) le permitían jugar sus bazas a la hora de forzar una negociación favorable a los intereses de la Administración.

3. ¿Negociar la continuidad ha sido siempre la idea de la Xunta?
No. Mientras Telmo Martín fue el líder del PP de Pontevedra y en la primera etapa de Agustín Hernández en Medio Ambiente, la Administración pensó que la posibilidad del traslado en la comarca de Pontevedra era real. Desde octubre de 2006 las reuniones con la cúpula de Ence se sucedieron. Algunas fuentes cifran el número de encuentros en nueve. Las propuestas que la Xunta del PP puso sobre la mesa fueron tres: Barro-Meis, Cotobade y Marcón, la preferida de Telmo Martín, pero que, al igual que todas las mencionadas, contaba con oposición vecinal e incluso, institucional.

4. ¿Cuándo cambió el escenario?
Entre finales de 2012 y principios de 2013 se constató que la posibilidad del traslado no tenía ningún futuro. Incluso los partidarios de ese traslado acabaron abrazados a una estrategia posibilista. ¿Por qué? Por tres motivos: la crisis (es decir, el empleo), la postura de la empresa y la modificación de la Ley de Costas. «La apuesta por el traslado está bien si es viable», señaló una alta fuente de Medio Ambiente en una crónica de este periódico publicada en mayo de 2013. «Pero la realidad es que en ningún país del primer mundo se está haciendo una planta nueva de estas características, así que la pregunta es ¿es viable? Y la respuesta es que es muy complicado». Aquella crónica, en un juego de palabras que pretendía anunciar lo que vendría después, se titulaba ‘Ence, una cuestión de pasta’.

5. ¿En qué dos frentes se juega el futuro de Ence?
Además de la negociación con la Xunta, el futuro de Ence en Pontevedra se juega administrativamente en dos frentes: el de la prórroga de la concesión que la empresa ha solicitado al Estado para continuar en Lourizán más allá de 2018, y en el de la resolución del expediente que debe incoar la Administración central para poner fin a la concesión actual. Este expediente tiene su base en una sentencia de la Audiencia Nacional motivada por una denuncia del colectivo ecologista Salvemos Pontevedra, que se apoyó en un recoveco legal relacionado con el silencio administrativo para obtener un fallo judicial favorable.

6. ¿Cómo afecta el expediente de caducidad?
El Estado tiene que resolver el expediente y determinar si Ence puede seguir funcionando o no, y antes de que eso ocurra no se puede resolver la solicitud de prórroga. Salvemos Pontevedra ve difícil que algún funcionario firme un documento en el que se permita a la empresa seguir produciendo, porque, afirma, no cumple con los términos que permitieron la concesión. Para los antiEnce, este expediente es la única posibilidad real de conseguir que la empresa abandone Lourizán. La firma, por el contrario, cree que la resolución le será favorable y que mientras tanto podrá seguir produciendo sin excesivos problemas. Lo cierto es que todo apunta a que no será un obstáculo para que Ence se mantenga en Lourizán.

7. ¿En qué posición deja todo este panorama al Concello de Pontevedra?
El Concello de Pontevedra ha sido el más firme opositor a la continuidad de Ence en la ría desde que Miguel Anxo Fernández Lores es el alcalde. Aunque desea el cierre de la fábrica, políticamente no le viene mal mantener un enemigo sobre el que focalizar la atención. Otra cosa es cómo reaccionará ante la permanencia del complejo pastero. ¿Tiene capacidad para iniciar un proceso judicial que paralice la prórroga? En principio, no, pero la maraña legal de este asunto es de tal calibre que resulta imposible afirmar qué ocurrirá. Las ramificaciones en los tribunales son muchas y eso se ha visto, por ejemplo, en la causa de la caducidad de la concesión. Después, quedan los pequeños detalles que se plantean. Por ejemplo: ¿Tendrá Ence que pedir licencia municipal cuando ejecute las obras de integración paisajística de la fábrica? La respuesta más probable, de nuevo, es que no, pero ni siquiera eso se puede afirmar con rotundidad.

La negociación del traslado Los contactos entre la Xunta del PP y la empresa empezaron en octubre de 2006. Algunas fuentes los cifran en nueve La variación posibilista El PP cambió de idea entre finales de 2012 y principios de 2013 por tres razones: la crisis, la postura de la empresa y la Ley de Costas Los otros frentes Además de la negociación con la Xunta, Ence se juega su futuro en la prórroga de la concesión y en el expediente de caducidad

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