Ángela Martínez: "La ciencia funciona 24 horas al día, 365 días al año"

La científica trabaja en los laboratorios del CSIC de Madrid con las bases moleculares de la diabetes tipo 2. Su ciudad homenajeará a la investigadora este sábado con el premio Amigos de Pontevedra
Ángela Martínez
photo_camera Ángela Martínez

Licenciada en Farmacia, Doctora en Bioquímica e investigadora científica del CSIC, donde lidera un grupo de trabajo. Y detrás de eso, un largo camino en el estudio de las bases moleculares de la diabetes tipo 2. Aunque vive en Madrid, en cuanto puede, se escapa a la ciudad que la vio crecer: la Boa Vila. Este fin de semana, Ángela Martínez Valverde recibirá el premio Amigos de Pontevedra, un homenaje que galardona a los que más han destacado por su amor a la ciudad.

Su carrera comenzó con la Farmacia. ¿Cómo acabó allí?

Siempre me ha gustado mucho la Química y la Bioquímica, por lo que me planteé estudiar la primera. Mi madre, que es farmacéutica, sugirió que estudiase Farmacia. No me arrepiento, pero siempre me gustó, como asignatura, la Bioquímica.

¿Por qué eligió el camino de investigación de la diabetes?

Es algo difícil de explicar. No es lo mismo que con los médicos, en los que se puede saber si uno es endocrino o cardiólogo. Yo vengo de un grupo de investigación que estudiaba los mecanismos de una serie de células que luego se ha demostrado que son muy importantes en el control de la glucosa. De ahí que empezase a trabajar más en la diabetes, que ya llevo analizando desde hace 15 años.

¿Qué sabemos de estos procesos celulares hasta ahora?

Que son muy complejos. Antes se conocían pocas moléculas, pero en la actualidad se conocen muchísimas, y también bastantes interconexiones de éstas con la acción de la insulina. Además, cuanto más complejo es el entramado celular, más difícil es intentar encontrar alguna diana terapéutica, que es lo que nosotros buscamos.

"En el laboratorio somos personas que llevan una bata, y no importa lo que haya debajo de ella"


¿Cómo es ser mujer en la ciencia?

Complicado. Sobre todo, a la hora de compaginar con la familia. Sin embargo, en el laboratorio, somos personas que llevan una bata, y no importa lo que haya debajo de ella. En investigaciones de biomedicina, la vida es igual de difícil para hombres y para mujeres. La ciencia es absorbente, muy demandante de tiempo, de ideas, de estar pensando.

¿Es difícil mantenerse al día en el mundo científico?

La ciencia no para, funciona 24 horas al día, 365 días al año. Actualmente, sus técnicas y la tecnología son cada vez más complejas. Los procesos avanzan cada vez más rápido, y no es fácil estar al día. Además, no siempre salen las cosas, no siempre se tienen ideas brillantes. También hay mucha competencia, en el sentido de que muchos países tienen más medios, tanto humanos como materiales.

¿Cuál es su visión de las facilidades que hay para los investigadores en España?

Tenemos buenísima gente y muy preparada, somos personas que hemos trabajado muchísimo; nos formamos en España y nos fuimos a trabajar al extranjero a aprender nuevas técnicas, a formarnos en laboratorios punteros... para luego traer todo ese conocimiento de vuelta. Lo que nos hemos encontrado es poca financiación. Ya no sólo para trabajar, sino para contratar investigadores o formar a nuevos. Los presupuestos son bastante ridículos. Los condeno totalmente.

Ahora va a recibir el premio Amigos de Pontevedra. ¿Cómo se siente al respecto?

Me siento ilusionada, aunque creo que aún no lo he asimilado.Además, siento mucha conexión con Pontevedra desde que era pequeña. Mis padres también recibieron este premio en su día. Mi padre, que era traumatólogo, fue una persona muy querida y muy 'de su tierra'. Tristemente, falleció antes de lo previsto hace 28 años. En cuanto a mi madre, que lo recibió años más tarde, era y sigue siendo una entusiasta de Pontevedra. Le gusta participar en cosas como la comida de San Sebastián de la Peña de la Boina. Pero estoy muy contenta también por mi marido y por mis hijos, que también quedaron muy ilusionados por el premio.

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