Animación y un buen banquete tras el asalto corsario en Marín

Una representación de la lucha entre piratas y franceses, cetrería, magia, tiro con arco y otras actividades ambientaron la villa de Marín

MARÍN regresó ayer a los tiempos de Gago de Mendoza con la celebración de la quinta edición de la Festa Corsaria, en la que se recuerda la recuperación de la villa, hace más de 200 años, cuando fue tomada por las tropas napoleónicas. Más allá de cuestiones históricas, el buen ambiente, un sinfín de actividades y, sobre todo, las comidas que cientos de marinenses disfrutaron en las calles del centro de la villa, marcaron la jornada festiva.

Una de las actividades centrales de la V Festa Corsaria fue la escenificación de la liberación de la villa, en la que se enfrentaron franceses y piratas. El duelo entre ambas fuerzas, uno de los más concurridos de la jornada, consistió en una representación que incluyó una exhibición de esgrima.

No fue la única, ya que también en el Parque Eguren hubo talleres de esta modalidad, así como una exhibición esgrima hungaresa, a cargo de Esgrima Pontevedra.

El Parque Eguren fue también epicentro de muchas otras actividades, como una muestra de cetrería, en la que niños y mayores disfrutaron con las habilidades de las aves rapaces y sus entrenadores. Asimismo, personas de todas las edades participaron en un taller de tiro con arco.

Por otra parte, la Alameda Rosalía de Castro acogió durante toda la jornada el mercadillo de artesanía y restauración, en el que los marinenses pudieron comer, cenar o degustar un tentempié, o bien comprar productos de lo más diverso, desde juguetes artesanales relacionados con la temática de la fiesta, hasta libros de segunda mano u objetos elaborados hechos a mano.

COMIDAS Y CENAS. Al igual que en ediciones anteriores de la cita con los corsarios, los marinenses aprovecharon la meteorología favorable para disfrutar de comidas y cenas en la calle.

El Parque Eguren fue uno de los puntos donde más mesas se instalaron, aunque algunos grupos también decidieron colocarse en calles como Rúa do Sol, Lameira, Almuíña, Rúa Real, Jaime Janer y otras muchas del centro de la villa.

Siguiendo las indicaciones del Concello, las mesas debían estar decoradas con una estética acorde con la Festa Corsaria, tanto las instaladas por particulares como las de los establecimientos de hostelería que se sumaron a esta celebración.

Como en anteriores citas con la celebración pirata, en esta ocasión la estética corsaria no se limitó a las mesas y a las banderas y adornos instalados en las calles.

Niños y mayores se animaron a disfrazarse de bucaneros, de campesinos y con vestimentas de hace 200 años para conseguir que, al menos estéticamente, Marín pudiese regresar a tiempos de Juan Gago de Mendoza.

MÚSICA. La música fue otro de los ingredientes clave de esta cita con la historia. A lo largo de toda la jornada de ayer desfilaron por la villa marinense toda clase de pasacalles, desde los ‘franceses’, que hicieron sentir el redoble de los tambores, hasta los corsarios, que interpretaron música de gaitas anunciando la victoria sobre las tropas napoleónicas.

La cita con los corsarios se extendió hasta bien entrada la madrugada. Por la noche, la fiesta continuó con el show nocturno de fuego ‘El renacer de las brujas’, a cargo de Kepler T&T y Asacocirco, que tuvo como escenario el Parque Eguren.

Finalmente, a las 00.00 horas, la Alameda acogió la actuación musical del grupo Los Mecánicos que amenizó la última velada corsaria de esta cita.

Aunque ayer fue el día grande de la Festa Corsaria, la celebración comenzó en la tarde del viernes con la lectura del pregón y las primeras actuaciones musicales. Esa misma noche se instalaron las primeras mesas en las calles de la villa.

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