Los acusados de agredir y robar a un párroco de Vigo niegan los hechos

El párroco, al que le propinaron una paliza para robar en la Iglesia en octubre de 2016, sufrió importantes lesiones
Pedro Yago S.P., una de las dos personas juzgadas por agredir y robar al párroco de la iglesia de Santa Rita
photo_camera Pedro Yago S.P., una de las dos personas juzgadas por agredir y robar al párroco de la iglesia de Santa Rita

Dos varones de nacionalidad brasileña, Pedro Yago S.P. y Alison Lucas B.R., acusados de agredir y robar en octubre de 2016 al párroco de la iglesia de Santa Rita, en Vigo, al que causaron graves secuelas como consecuencia de los golpes que le propinaron, han negado los hechos.


Además, uno de ellos ha asegurado tener "la conciencia muy tranquila" y ha destacado que es "creyente".

Lo han hecho durante la primera jornada del juicio, celebrada hoy en la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, donde sus defensas se han mostrado disconformes con lo expuesto por el Ministerio Fiscal y han solicitado la libre absolución de los encausados, sin que proceda imponer responsabilidad civil.

La Fiscalía solicita para cada uno de ellos una pena de 15 años de prisión por los delitos de robo con violencia e intimidación y lesiones agravadas, concurriendo la agravante genérica de superioridad.

Plantea también el pago conjunto de una indemnización superior a los 400.000 euros, además de otras cantidades en concepto de gastos de rehabilitación, asistencia médica y perjuicio patrimonial.

Tanto Pedro Yago S.P. como Alison Lucas B.R., que han asegurado ser "mejores amigos" desde hace años, han incurrido en diversas contradicciones durante sus declaraciones.

El primero de ellos ha reconocido que conocía a la víctima, Antonio R.S., ya que acudía a la iglesia de Santa Rita a "cambiar monedas" de vez en cuando, aunque ha insistido en que "nunca" le propinó golpes, en que está "tranquilo" y en que es "creyente".

Cuestionado por la Fiscalía sobre una declaración anterior en la que había culpado del asalto a Alison Lucas B.R., ha defendido que, por aquel entonces, ambos atravesaban "un momento malo" en su amistad por "problemas de dinero" y que, al margen de estar "controlado por las drogas", quería "safar" del asunto por su hijo.

Ahora, ha añadido, tras un tiempo en la cárcel en el que "aprendí que las cosas se hacen bien", ha manifestado que "no cree" que su amigo estuviese implicado.

Así las cosas, ha concretado que, el día de los hechos, el 8 de octubre de 2016, se encontró en una cancha de la ciudad con "unas treinta personas", entre las que se encontraba Alison, y contó que en la iglesia "había dinero".

Ha apuntado que en el mencionado campo había individuos que "se dedicaban todos a lo mismo, a buscarse la vida".

Por último, y en relación al hallazgo de la caja de caudales sustraída de la parroquia en la vivienda en la que habitaba, ha manifestado que encontró ese objeto "varios días después" del asalto "en un contenedor".

Alison Lucas B.R., por su parte, ha justificado las contradicciones en las que ha incurrido con respecto a una declaración anterior asegurando que, tras ser arrestado, "estaba nervioso y no sabía qué decir", por lo que se pudo "haber equivocado".

Durante la vista de hoy, ha mantenido que no participó en la agresión o en el robo, aunque sí aseguró haberse confesado ese día en la mencionada parroquia.

Este martes se ha procedido a la lectura en sala de la declaración que la víctima efectuó en enero de 2017 en un hospital de la ciudad.

Antonio R.S., de 82 años de edad, no ha podido testificar en el juicio debido a su estado de salud actual, derivado de los golpes recibidos durante el ataque, como así confirma un informe forense redactado a tal efecto, ha revelado la Fiscalía.

En dicho testimonio, el párroco manifestó que "casi" no recordaba el asalto aunque sí que había sido perpetrado "por dos chicos" que le golpearon, se llevaron la caja de caudales, su cartera, reloj y gafas y "se marcharon corriendo".

En ese momento, reconoció a uno de ellos como un varón "que iba a la iglesia a cambiar monedas" y que identificó a través de unas fotografías como uno de los acusados.

Este martes también han declarado cinco testigos, entre ellos, la hermana de la víctima; un amigo, también sacerdote; y otro hombre, que lo ha hecho tras un biombo y que se encontraba sentado a las puertas de la iglesia en el momento de la agresión.

Este último asegura haber visto en su día a dos chicos "de piel morena" salir corriendo del edificio, uno primero y otro después, a la hora en la que se produjo el ataque, y ha revelado que incluso intentó alcanzar a uno de ellos a la carrera.

Antonio R.S., ha ampliado este testigo, apareció en el exterior de la parroquia de Santa Rita momentos después, "ensangrentado, como cayéndose y diciendo que le acababan de dar una paliza".

El amigo de la víctima, por otro lado, ha asegurado que Antonio R.S. manifestó el día del ataque que "se sentía traicionado" por uno de los agresores, ya que lo consideraba "un amigo".

La hermana ha explicado que, en la actualidad, el párroco se encuentra ingresado en una residencia con gravísimas secuelas, que le han causado "un 95 por ciento de parálisis", y ha recordado que el 8 de octubre regresó a la casa en la que convivían con diversas heridas y manifestando "que le habían pegado" y robado.

"Mi hermano decía que le habían dado tantas patadas que creía que lo mataban (...). Celebró una misa después de que le pegaran y dijo que les perdonaba si salían de esas tinieblas", ha manifestado. 

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