Audasa, sponsor político en Galicia

Los evanescentes ataques de la Xunta y el Gobierno a la concesionaria de la AP-9 contrastan con la habitual complacencia con esta empresa, patrocinadora de los desayunos de los líderes.

El pasado 12 de mayo, trece días antes de las elecciones europeas, la ministra de Fomento y el presidente de la Xunta protagonizaron un desayuno en el salón más noble de Galicia, en el Hostal dos Reis Católicos, bajo el logotipo que ha protagonizado la actualidad de este verano en los medios gallegos, el de Autopistas del Atlántico, Audasa.

En ese relato informativo alentado tanto por el Gobierno gallego como por el central la concesionaria de la AP-9 ha aparecido como la perversa encarnación del mal, al abusar de los usuarios con tarifas desorbitadas y ofrecer un servicio más que deficiente en las jornadas de congestión del tráfico, mientras se negaba a levantar las barreras de los peajes.

Estas críticas resultan certeras y más que justificadas. Sin embargo, los hechos que las suscitan tienen muy poco de recientes y de sorprendentes. Hace ya tiempo que en los peajes de Galicia apareció una nueva señal, con el dibujo de un muñeco algo cabezón, que indica las cabinas que son atendidas por el disminuido personal de Audasa, que se redujo en un 26% entre el 2004 y el 2013. El muñeco algo cabezón figura en muy pocos carriles, pues la mayoría se destinan a medios automáticos de pago, como el telepeaje o las tarjetas, lo que genera los recurrentes y habituales colapsos en los días de playa.

En las reseñas periodísticas del desayuno del 12 de mayo no consta que ni Núñez Feijóo ni Ana Pastor lanzasen las intensas críticas a Audasa, con amenazas de rescate incluidas, que han dominado su gimnasia verbal de este estío. En ese acto, en el que el presidente de la Xunta ejercía de presentador y la ministra, de conferenciante, se anunció el avance en los trámites para ampliar el puente de Rande y la circunvalación de Santiago. Pedro Pérez, presidente de Itínere, el grupo de Audasa, aseguró que la empresa pondría su “grano de arena”. En realidad, todo indica que las obras las pagaremos con peajes aún más caros, mientras nadie ha explicado si, tras la considerable reducción del tráfico, la ampliación de Rande tiene el mismo sentido que hace unos años.

El desayuno de Feijóo y Pastor fue uno de los muchos que organiza el Fórum Europa Tribuna Galicia, unos eventos a cuyo pago contribuye el patrocinio que Audasa comparte con alguna otra firma, como últimamente sucede con el Banco Pastor. Resultó bastante llamativo el desayuno del 3 de abril en Vigo. La conferenciante que habló ante el logotipo de la autopista era Ana Miranda, la candidata europea del BNG, partido que en aquellas semanas desarrollaba una campaña de boicot contra los peajes.

También han pasado por este foro los sucesivos líderes del PSdeG o los secretarios generales de CC OO y UGT de Galicia. Pero los más habituales son los dirigentes del PP, el partido con más presencia institucional. Hay populares que creen que quizá sería bueno buscar un nuevo patrocinador, porque no parecería muy estético atacar a Audasa debajo de su emblema. Aunque también habrá los que piensen que seguramente no será necesario, pues las críticas de agosto tienen mucho de evanescente caza de la serpiente informativa veraniega.

Da la impresión de que agotados los fantasmas del bipartito y de Zapatero y con el coco Almunia en vías de cesar como comisario en Bruselas, el PP gallego tenía la necesidad de fabricar nuevos monstruos familiares para desviar la atención. Esta vez ha acertado al señalar a Audasa. La cuestión reside en cuánto dura la ofensiva. Si se esfuma sin que se tome ninguna medida, estaremos ante un nuevo ejemplo de los motivos por los que con sólo repetir dos o tres consignas felices Podemos va como un cohete en las encuestas, también en las de las elecciones gallegas.

Feijóo y Pastor, entre la distancia y la escenificación
La figura de Ana Pastor nunca suscitó grandes adhesiones en la cúpula del PP gallego que encabeza Núñez Feijóo. La ministra forma parte de la cuota de Rajoy en el partido en Galicia, sin que cuajasen sus intentos por tener una mayor presencia en la política autonómica. Sin embargo, el deterioro de la relación entre Feijóo y Pastor que refleja ahora la prensa parece tener un componente de escenificación.

Orozco, entre Rivas Fontán y el “compañeiro Soto”
El nombre del exalcalde Manuel Cabezas ha aparecido este verano en las quinielas de los posibles aspirantes para encabezar la lista del PP de Ourense.  Pero el  favorito sigue siendo a su pesar el conselleiro Jesús Vázquez. Cabezas fue uno de los más resistentes alcaldes urbanos, aquellos que han conseguido estar al menos tres mandatos en el poder, aunque el orensano no llegase a concluir el último, pues en febrero del 2007, unos meses antes de las elecciones, le cedió el bastón de mando a Poly Nóvoa para que afrontase desde el poder los comicios, en los que fue derrotado.

Un rasgo común que tuvieron los campeones pretéritos de la continuidad en la poltrona de las ciudades gallegas es precisamente el de protagonizar una retirada, a menudo forzada, a veces para evitar un revolcón electoral. Fue el caso del más resistente de todos, el coruñés Paco Vázquez, quien tras casi 23 años en el cargo, cinco mandatos enteros y un sexto incompleto, hizo en el 2006 una huida triunfal a la embajada del Vaticano. También se retiró unos meses antes de las elecciones el compostelano Xerardo Estévez, que estuvo 14 años de alcalde en dos mandatos enteros y dos incompletos.

El pontevedrés Rivas Fontán cumplió sus tres mandatos, electo por tres partidos, y en 1991 anunció que no se presentaba a la reelección, envuelto en un escándalo por la cocina de su casa. Después de las municipales de ese año se consumó la marcha forzosa del vigués Manuel Soto, que llevaba en el puesto desde 1979 y cuya renuncia fue una imposición de los nacionalistas para pactar con el PSOE.

Ahora están en el poder dos de estos alcaldes, los únicos que llevan al frente de una ciudad desde el siglo pasado, desde 1999, el pontevedrés Lores y el lucense Orozco. Lores ya anunció que se va a volver a presentar, acogiéndose a una excepción prevista en la limitación de mandatos que establecen las normas internas del BNG. Es lógico que el Bloque no quiera prescindir de su gran baluarte local, pero también le vendría bien darse alguna vez un baño de coherencia desde el poder.

El caso de Orozco resulta más complicado, porque está imputado y porque su antigua mano derecha, Fernández Liñares, confesó el cobro sistemático de comisiones ilegales. En el PP están convencidos de que Orozco se va a volver a presentar. Sus propias declaraciones, anunciando una decisión para este mes, parecen indicar que quiere hacerlo, pero que espera la bendición o el veto del PSdeG, cuyo líder es su antiguo discípulo Gómez Besteiro. Éste se juega mucho en esta operación. Para él sería un golpe perder Lugo, pero puede ser peor la imagen que daría al avalar la candidatura de Orozco y hacer campaña por él.

El problema de Orozco es que lo tiene muy difícil para volver a ser alcalde, porque, aunque no haya reforma electoral, necesitaría ser el candidato más votado, pues si vuelve a quedar por detrás del PP, como en el 2011, resultaría muy complicado que el BNG o la posible nueva candidatura de unidad popular le den su apoyo. Podría acabar como el “compañeiro Soto”, si no hace como Rivas Fontán.

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