Beiras: ''Lo que tiene que comprender la ciudadanía es que las instituciones del actual régimen político están muertas''

El portavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Xosé Manuel Beiras, ha dejado patente esta tarde durante su intervención en el debate del estado de la Autonomía la separación a su juicio existente entre las instituciones y los ciudadanos.

"Nos vendieron ustedes reiteradamente cada vez que estaba en juego el dilema de apostar por nosotros mismos o servir a sus amos", afirmó Beiras.

El veterano político indicó que el verdadero problema del pueblo gallego radica en la "absoluta indefensión" ante los poderes financieros y los políticos.

"La causa de la tragedia gallega -dijo- no está en la crisis financiera que ustedes utilizan como coartada para no defender a los ciudadanos, la causa externa del estado agónico de nuestro pueblo está en los gigantescos poderes que causaron la actual crisis sistémica y sometieron a los poderes políticos a sus dictados".

En su discurso, Beiras criticó al Parlamento y al Gobierno del Partido Popular de estar "casi siempre a la hora de la verdad sometidos a los dictados de los poderes del Estado y de la Unión Europea, que colisionan frontalmente con las necesidades de los gallegos".

El dirigente nacionalista denunció el estado de "putrefacción" en el que se encuentran las instituciones, y prueba de ello, según él, es "el proceso de progresiva divergencia entre las instituciones del poder y la mayoría de la ciudadanía de lo común que constituye la mayoría social".

"Una divergencia -opinó el diputado de AGE- que ya desembocó en descrédito absoluto de esas instituciones y sus inquilinos, y en divorcio y confrontación abierta de los ciudadanos con los políticos constituidos en casta".

Beiras alertó a la ciudadanía del estado inerte de las instituciones. "Lo primero que tiene que comprender la ciudadanía toda -afirmó- es que las instituciones del actual régimen político, tanto de la nación gallega como en la cúpula del Estado, están muertas, son un cadáver que solo tienen movimiento aparente por la acción de los gusanos que crecen dentro de ellos".

En cambio, donde dijo que sí "está viva" la democracia, "donde sigue habiendo una práctica democrática, es en la sociedad civil".

Prueba de la corrupción del poder, según Xosé Manuel Beiras, es que, en casi todas sus instancias e instituciones, "reacciona sistemáticamente con actitudes y métodos represivos contra toda práctica democrática de los ciudadanos".

"Y si los ciudadanos practican la democracia por su cuenta; si se organizan en autodefensa y se movilizan, protestan y rebelan, entonces el problema no es social, (dicen que) es un problema de orden público", señaló.

Por ello, acusó a las instituciones de "manejar" la Ley "según para lo que les conviene y, cuando no les conviene, esgrimen la Ley contra el Derecho, ya no digo contra la Justicia, que es más aberrante y sucede cada día a las puertas de este Parlamento".

También criticó Beiras el nulo papel que, a su juicio, dijo que han desempeñado el PP en Galicia para fortalecer el autogobierno.

"Mientras en las instituciones autónomas de Cataluña y Euskadi llevan gobernado primordialmente fuerzas políticas propias, que mal que bien defendieron las potestades de autogobierno de sus países frente a las presiones e invasiones competenciales del poder central, en Galicia gobernaron sucursales de la derecha española de ámbito estatal más recalcitrante y chauvinista".

En esta línea, el portavoz de AGE miró a las bancadas del grupo Popular para echarles en cara haber actuado "como cipayos en las colonias, o sea, los indígenas alistados en el ejército colonial de la metrópoli".

Llegó a contar Beiras que el expresidente de la Xunta Manuel Fraga le reconoció en una ocasión: "tengo graves problemas con la dirección de mi partido en Madrid", en alusión -recordó- al entonces presidente del Gobierno José María Aznar y al vicepresidente Mariano Rajoy.

"Ni siquiera un hombre de Estado como él -dijo- pudo plantarle cara y llevarles el pulso a esos poderes que nos aplastan y expolian, y acabó comprendiendo, impotente, que realmente Galicia funciona como una colonia interna del Estado y de la Unión Europea en la que ese Estado se ve finalmente reducido, a su vez, a la condición de protectorado".

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