Boa Vida

Una pequeña empresa del textil creada por personas de la gran ciudad de la exclusión social. Ese es el digno objetivo que persigue ‘Boa Vida’; colectivo que porta un nombre que, recientemente, fue atropellado por la utopía en una oscura calle que todos conocen como crisis. Para iniciar este proyecto acaban de lanzar una campaña en la que se fijan como objetivo hacer acopio de trece toneladas de diversos artículos de ropa infrautilizada o en buen estado de uso. Para ello, apelan a la solidaridad de vecinos y amigos. Pero, esta es tan solo la primera estación que permitirá vestir a quienes carecen de tal recurso y reparar así su aspecto. Una vez logrado dar respuesta a esta urgente demanda, será cuando inicien las gestiones elementales para dar vida a la iniciativa social. Y lo hacen quienes no tienen lo básico en el equipaje para subir al tren de la inclusión. Perdidos en el limbo de la indiferencia hermanada con la invisibilidad, reconocen estar hastiados de ver pasar trenes, que nunca paran, con destino a la estación de las oportunidades. Y es que para tal afortunado viaje cada vez son menos los que suelen tener expedido el deseado billete. Dicen que el revisor ya ha echado a unos cuantos con el tren en marcha (en nombre de una tal sociedad desarrollada) por no haber pagado hasta final de trayecto: ‘Estación Prosperidad’.

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