Parte de la identidad del español, y del gallego por supuesto, es su pasión por el café. No es difícil entender por qué, más allá del tan valorado líquido están los lugares en donde se consume, son parte de la vida diaria y un punto de reunión en donde se coincide con familia y amigos. Y es que no hay hora mala para darle un sorbo a la oscura bebida, las cafeteras están listas para preparar la bebida sea de día o de noche.
Hace casi un par de años en el diario El País por fin se pusieron los datos sobre la mesa, y es que el café le lleva ventaja a cualquier otra actividad social, siete de cada diez españoles jamás se paran en un museo y menos en una biblioteca, pero a los cafés se asiste de manera bastante regular, el 60% de la población acude a un bar, café, o restaurante por lo menos una vez a la semana.
El español es un ser de tradiciones, tanto a nivel nacional como local. En cualquier parte del mundo se asocia una corrida de toros, el flamenco, o hasta las loterías como parte de la identidad nacional. Si que es verdad que hoy en día las tradiciones se modernizan al mismo ritmo que los usuarios, permitiendo desde comprobar evento y resultados en Internet como Loterias.com. Es por eso por lo que el café está tan arraigado, entre nostalgia y tradición, tiene un sitio bastante especial en el espíritu colectivo.
Para el extranjero que va por primera vez a la península ibérica le puede representar un shock cultural el amor por el café, y cada vez va mejor el asunto. Las leyes en España han hecho que estos espacios de encuentro sean completamente libres de humo, lo cual los vuelve más incluyentes, y de los beneficios a la salud ni se diga. También se han incorporado envases reciclables para cuidar del medio ambiente. El café permanece, pero también evoluciona.
El café se puede tomar de muchas maneras y cada una dice mucho de quien lo toma. Entre las variedades más comunes están el café solo, café doble, café americano, café cortado, café bombón, y el favorito de muchos: el café con leche. Pero más allá de la variedad lo importante es tomarlo despacio y disfrutar de la charla con los compañeros de mesa.
Uno de los grandes tributos que se le han hecho al café como lugar es el libro de Fernando Franjo, 50 cafés históricos, el cual según palabras del autor escribió con "la idea de visibilizar la idea de Café". Pero el autor no deja de ser crítico, el café como establecimiento también tiene que evolucionar, dar un valor agregado a quien lo visita, porque de lo contrario pasará a mejor vida.
Si estás de visita por Galicia y quieres tomar un buen café en un lugar histórico, entonces la recomendación obligada es que visites el Café Moderno que está en Pontevedra. Como todo buen café de tradición en España tuvo en su momento distinguidos clientes, tales como Federico García Lorca. El lugar es un referente cultural de la ciudad y monumento a la relevancia del café, bebida y lugar, dentro de la vida nacional y local.
