Caldas exporta esponjas vegetales de baño elaboradas con fibra de luffa

Noelia Torrente y Juan Carlos Mascato en su plantación de luffas. david freire
photo_camera Noelia Torrente y Juan Carlos Mascato en su plantación de luffas. david freire

CALDAS DE REIS. «Tienes que fabricar algo que puedas vender». Como un mantra, esta frase pronunciada por un antiguo jefe alemán se hizo grande en la mente de Juan Carlos Mascato, un técnico superior de Montes originario de Caldas que junto a su mujer, la arquitecta pontevedresa Noelia Torrente, impulsó la empresa Ibérica de Esponjas Vegetales Luffa hace tres años. Hoy pueden presumir de tener clientes en España, Alemania y Australia.

Así lo explicaron en la presentación pública de la iniciativa, que tuvo lugar hoy, en la finca de A Touza, ante un nutrido grupo de invitados entre los que se encontraban representantes municipales, de las fuerzas de seguridad e incluso el cura de Caldas.

Se trata de una iniciativa agrícola de dinamización del rural basada en el aprovechamiento de las especificidades propias del rural gallego para reactivar la agricultura como sistema económico. Después de varios años de investigación, esta pareja ha llegado a consolidar una genética propia de una esponja vegetal, única por su fibra. La luffa cilíndrica es una curcubitácea similar al pepino de la que se extrae una fibra que, tras un tratamiento cien por cien natural, se convierte en esponjas de baño, discos desmaquillantes e incluso limpiabiberones. Tiene propiedades exfoliantes únicas para la piel, en su uso tópico y de baño o aseo personal.

40.000 plantas

La empresa, radicada en Paradela de Bemil, sobrevive sin subvenciones, pero con ayuda de vecinos y familias, subrayó Mascato. Tiene una plantación de 40.000 ejemplares y vende a través de su tienda on-line (http://www.luffa-esponjas.com/inicio/tienda-online/).

Los productos también se encuentran en pequeñas tiendas de Santiago, Lugo y Pontevedra.

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