Callejón sin salida

rebajar la expectativa del Comité Federal del PSOE del próximo sábado es una forma de quitar trascendencia y presión al anuncio que pudiera hacer Zapatero. Dicen que no dirá nada o dirá muy poco. Pero diga lo que diga, sería poco alentador para la base socialista que ZP hiciera más caso al banquero Botín que a los barones del PSOE. No deja de ser sorprendente que el poder del dinero defienda la continuidad de quien se autoproclamó defensor de los pobres y estandarte del talante. Este mundo al revés representa que algunos de los más ricos estén ahora con los descamisados. O dicho de otro modo, el partido obrero español está con los VIPS del negocio y no con el pueblo llano que todos formamos junto a parados y pensionistas congelados. Decir que un adelanto electoral perjudica la recuperación económica de España es confundir a la opinión pública. Y del mismo modo, también confunde que todas las soluciones pasen por adelantar las elecciones generales. En realidad, parece claro que hay voluntad de cambio en el electorado español. Y eso sólo demuestra que retrasar ese cambio obedece fundamentalmente a intereses partidistas y, en el caso de Zapatero, personales. Por tanto, retardar la voluntad social como método democrático de castigo a una mala gestión es usurpar el resorte del sufragio como legítima defensa del interés general. No acceder a una necesaria regeneración democrática desde las urnas sólo obedece a la preservación del poder y el intento de evitar lo inevitable. La mayoría de los 41 empresarios y banqueros que acudieron a Moncloa no fueron a salvar a Zapatero. Pero en todo caso, todos ellos están muy por debajo del 80 por ciento de la aportación de empleo que hacen las Pymes a la economía española. Luego si tenemos en cuenta que no hay recuperación si no se genera empleo (Zapatero dixit), parece poco probable que los intereses actuales de España y de 5 millones de parados coincidan con los de Botín y compañía. El patrón del Santander, si verdaderamente no pensara sólo en su negocio o el indulto de su número 2 Alfredo Sáenz, podría hacer algo más por el pueblo español. Y es presentarse a unas elecciones generales para hacer política con todas las consecuencias y no desde el parapeto de un gran banco que, por lógica, tiene como prioridad el balance de sus números. Es tan poco probable que los nuevos socialistas Botín, Villar Mir, De Pino y Prado estén en el Comité Federal del PSOE como que la estrella publicitaria del Santander, Fernando Alonso, se deshaga en elogios al límite de velocidad. Si Zapatero calla y mantiene la incógnita sobre su futuro puede estar perjudicando a su partido y al país. Si la voluntad es continuar parece extraño que el PSOE le esconda en mítines y otros saraos, aunque Blanco disimule con moderado protagonismo presidencial en la campaña electoral. Y si ZP está esperando que escampe y tener un síntoma de recuperación o brotes verdes para esgrimir una excusa que le permita seguir, es evidente que prevalece el partidismo al beneficio social y general. Por cierto, el chivatazo a Eta y los Eres falsos penalizan más al PSOE que el Gürtel al PP. ¿Por qué? Porque se desgasta el que gobierna. Luego la única salida del callejón es electoral.

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