Cánticos y bailes en el último adiós a la madre de los más necesitados

La comunidad africana en Marín despidió a Sor Elvira con música y lágrimas durante los actos que se celebraron este domingo en el municipio
Oficio religioso en el Templo Nuevo
photo_camera Oficio religioso en el Templo Nuevo

Cientos de personas despidieron este domingo a Sor Elvira Grasa Gil, que fue enterrada en el cementerio de A Raña. Tras ser velada en La Inmaculada desde su fallecimiento el pasado sábado, el cuerpo de la hermana de la caridad fue trasladado en la tarde del domingo al Templo Nuevo. En la puerta le aguardaban numerosos amigos y beneficiarios de la acción social que realizó durante décadas en la villa marinense. A los actos acudieron, además, representantes de la vida pública y del Gobierno municipal.

Con su particular forma de expresarse, un grupo de africanos se despidió de su "mamá" con bailes, sonidos rítmicos y cánticos, que acompañaron al cuerpo hasta la entrada en la iglesia. Allí, el cura párroco ofició el acto religioso en el que se dio el último adiós a la hermana de la caridad. En todo momento, desde la salida de La Inmaculada hasta su llegada al camposanto, el féretro de Sor Elvira estuvo bajo una bandera de Ghana, país del que proceden numerosos emigrantes afincados en Marín, que manifestaron en todo momento su agradecimiento a la hermana de la caridad. Otros, por el contrario, manifestaron con lágrimas su dolor ante la pérdida de una de las principales valedoras de los más desfavorecidos en Marín.

ÚLTIMO ADIÓS. Al oficio religioso previo a la inhumación asistieron numerosas personas que quisieron dar el último adiós a la hermana fallecida. Asimismo, en el funeral que se celebrará en la tarde de hoy en el Templo Nuevo, se espera que acudan numerosos amigos y vecinos.

El multitudinario entierro de Sor Elvira se produjo en uno de los espacios que las Hijas de la Caridad tienen en el camposanto de A Raña, en un acto en el que se entonaron los últimos actos religiosos para despedir a la religiosa.

Tras finalizar el acto católico, un grupo de residentes africanos volvieron a entonar cantos y bailes tradicionales. "Sor Elvira" y "la mamá se ha ido" se escuchó en repetidas ocasiones junto a la sepultura. Agradecían así la implicación que tuvo la fallecida con la ayuda a los más necesitados.

Sor Elvira falleció a media mañana del pasado sábado, con 93 años de edad, cuando se encontraba rodeada por las otras diez integrantes de la Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que residen en el colegio La Inmaculada.

La religiosa estaba delicada de salud desde mediados del año pasado y sus problemas fueron empeorando en los últimos meses, hasta que sus dolencias le impedían levantarse de la cama. En todo caso, según explicaron las religiosas más allegadas, siempre estuvo acompañada, de día y de noche, recibiendo en todo momento la máxima atención.

Desde el pasado sábado, por la capilla ardiente pasaron numerosos vecinos y otros muchos participaron en el último adiós a Sor Elvira Grasa Gil. La religiosa fallecida era muy querida en Marín, ya que pasó de ser hermana de la caridad a una madre para muchos necesitados del municipio, en especial para un gran número de inmigrantes, especialmente africanos.

Cuando era el alma de Cáritas Parroquial, entidad de impulsó tras su jubilación como maestra, Sor Elvira llegó a disponer de una treintena de pisos que albergaban a personas que lo necesitaban, 27 de ellos eran alquilados.

En los últimos años, una asociación que lleva su nombre recogió el testigo brindando ayuda a personas y familias apremiadas por la situación económica y la falta de empleo.

Comentarios