La Guardia Civil tenía localizado a Sergio Carabelos, tras huir de la prisión de A Lama, pero, al parecer, no lo detuvo para reunir pruebas que lo pudieran implicar en otro turbio asunto, pero cuando quiso proceder a su detención había abandonado su escondite, según señaló ayer la agencia EFE, basándose en fuentes de la investigación.
No obstante, la Benemérita de Pontevedra negó estos hechos. Sergio Carabelos cayó al mar cuándo navegaba en una embarcación de recreo junto a otras dos personas (Pedro Prieto Díaz, el hijo de los propietarios del edificio Boavista de Baltar, y el cambadés Jesús Fernández Touriño) que dieron positivo en la prueba de alcoholemia el pasado sábado.
Según relató EFE, la Policía Judicial, tras percatarse de Carabelos no había regresado a la cárcel tras un permiso en junio de 2007 (cumplía condena por la tortura y secuestro del arousano José Radío), lo localizó en una casa que regentaba en Meis José Lafuente (otro de los condenados por el rapto de Radío), pero los agentes, al parecer, trataban de cerrar un nuevo caso en el que supuestamente estaba implicado el prófugo. Cuando lo fueron a arrestar, Carabelos había huido de nuevo.
Cuando ocurrió el suceso del barco el pasado sábado, Carabelos residía en Portonovo, en un apartamento que tenía alquilado una amiga, al parecer, en el edificio Boavista. Quien no pudo escapar del cerco policial fue un compañero de fuga, José Luis Luna Pereira, que fue capturado en Santiago, tal y como destacó Efe.
Fuentes de la Benemérita explicaron que Luna, un joven vigués de 36 años, fue detenido en tres ocasiones por atracos y que se trata de una persona violenta. Además, la agencia de noticias resaltó que la Guardia Civil de Pontevedra, tras interrogar a sus acompañantes, considera que Carabelos cayó al mar y que no se urdió un plan para darlo por muerto. La Policía Judicial barajaba esta hipótesis al no encontrar el cuerpo del hombre desaparecido y tratarse de un prófugo de la justicia.
De todas formas, su búsqueda en el mar se suspendió ayer, pero patrullas de la Guardia Civil siguen su rastreo por tierra por la comarca de O Salnés. Carabelos fue condenado en 2002 por el secuestro del joven José Radio a quien se lo llevaron de un local de alterne de A Goulla, para trasladarlo posteriormente a una casa de Ribadumia, donde fue torturado. Este caso estuvo relacionado con el narcotráfico.
