Cardy llega exhausto y feliz después de promocionar la Festa do Marisco

El ciclista fue recibido este miércoles ante la Casa Consistorial tras haber recorrido la distancia entre París y O Grove, con una escala en Santiago, pedaleando sobre una bicicleta de piñón fijo
Ricardo Sánchez, a su llegada a la Praza do Corgo después de recorrer 1.900 kilómetros
photo_camera Ricardo Sánchez, a su llegada a la Praza do Corgo después de recorrer 1.900 kilómetros

Cuando entró en Galicia, Ricardo Sánchez, ‘Cardy’, creyó que su meta estaba cercana, pero el esfuerzo realizado desde su salida en París y el temporal de agua y viento que lo recibió pusieron a prueba, una vez más, su capacidad física y psicológica. Salió victorioso de la última exigencia y el martes llegaba a Santiago, la meta, el final de su peregrinaje, y aún tuvo fuerzas para desplazarse hasta Muxía y Fisterra.

Pasadas las 14.00 horas, ‘Cardy’ se internó en la Praza de O Corgo de su O Grove natal, después de haber cumplido el compromiso que había hecho público el día 10 de septiembre: recorrer la distancia desde París en una bicicleta a piñón fijo para promocionar la Festa do Marisco y cumplir una promesa de índole religiosa.

SOLEDAD. Después de saludar a los miembros de la Corporación municipal y familiares que lo estaban esperando, reconoció que lo más duro había sido estar solo tanto tiempo. No tener a nadie a su lado fue peor que haber recorrido en torno a 1.900 kilómetros de subidas y bajadas siguiendo un itinerario desconocido en varios puntos y sin GPS, por lo que se perdió en alguna ocasión.

No pinchó ni una sola vez y no sufrió el menor percance, indicó. ‘Cardy’ aseguró que repetiría el periplo sobre la bicicleta porque dijo que le permitió conocer lugares a los que no iría nunca si no se encontrasen en su itinerario de 26 etapas que comenzó el 11 de septiembre en O Grove.

El grovense dijo que en los últimos días las piernas ya le iban solas. "Cuando levanté la cabeza y allá, al fondo, envueltas en la lluvia, las torres de la Catedral me esperaban majestuosas, solemnes, vigilantes, testigos silenciosos de tantos peregrinajes, de tantas oraciones... Me daban la bienvenida y me gritaban que lo había conseguido. Me emocioné. Estos días he visitado tantas iglesia, tantas catedrales. Pero esta é nosa", escribió en el su diario.

Su madre, que ya lo veía delgado cuando se estaba preparando para la prueba, suspiró tranquila al verlo y abrazarlo y dijo que su reto es conseguir que engorde.

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