Casi 2 décadas de venta recuperable en Pontevedra

Tres son los negocios en el centro de Pontevedra dedicados a la compraventa de objetos. Gangas, entusiastas del coleccionismo y, sobre todo, mucha variedad son las características, a grandes rasgos, de estos establecimientos
La variedad está a la orden del día en las tiendas de segunda mano
photo_camera La variedad está a la orden del día en las tiendas de segunda mano

En 1998, nacía en Pontevedra una de las primeras tiendas de compraventa. Con ella, atrás quedaron los tiempos de empeños en aquellos tradicionales montes de piedad, especializados en vender joyas cuando aún no existían las cajas de ahorro y se necesitaba liquidez en el momento. Estamos en el momento de la venta recuperable, es decir, vender un objeto a un intermediario con la posibilidad de recuperarlo más tarde.

Cash Converters practica este tipo de intercambio. Lo hace con cualquier objeto: desde las habituales joyas hasta instrumentos musicales, pasando por bicicletas y consolas. En otras palabras, "cualquier cosa que sea susceptible de compra", afirma Erundino Gómez, gerente de la tienda sita en el número 3 de la calle Blanco Porto.

La tienda registra cientos de visitas cada día, pero sigue existiendo un tabú acerca de este tipo de negocio y las cosas que en él se ofertan. "La mentalidad del Mediterráneo es más abierta: son más fenicios. Nosotros quizás somos más nórdicos en ese aspecto. Apreciamos y damos valor a las cosas nuevas", explica Gómez. Además, "en casa tenemos cerca de 3.000 euros que no utilizamos para nada", y para eso están este tipo de establecimientos: "para que las cosas que no utilice una persona, pueda usarlas otra", convirtiéndolos en intermediarios: compran el producto, lo pagan al instante y lo ponen a la venta.

El procedimiento empieza con la comprobación del estado del objeto que se quiere vender. Si la evaluación es positiva, se formula un contrato en el que se estipulan todas las características de la pieza y se acuerda el valor del producto. Junto con una fotocopia del DNI y la firma del cliente vendedor (mayor de edad), el objeto se envía ese mismo día a la Policía Judicial.

"Nosotros estamos para que las cosas que una persona no utilice, pueda usarlas otra. Somos intermediarios" dice Erundino Gómez, gerente de Cash Converters



En ese momento de la venta se apoya Gómez para desmentir la creencia de que los objetos robados van a parar a las tiendas de segunda mano. "Nosotros somos los primeros interesados en que esas cosas no sucedan", añade.

Tras la evaluación del objeto en la Policía Judicial, los productos vuelven a la tienda, pero no se ponen a la venta hasta que pasa un mes desde que el cliente vendedor deja el objeto. "Para el cliente que esté indeciso es bueno, porque tiene un mes para pensárselo. Si no viene, perfecto, él no tiene ningún compromiso adquirido. Si viene, nosotros estamos perdiendo un mes con el producto parado", afirma el gerente de Cash Converters. Pasados los 30 días, "la mayoría, cuando hace un contrato de recuperación, sí que vuelve a recuperarlo", asegura.

Sin embargo, a excepción de la franquicia, no hay muchas más tiendas de segunda mano en la Boa Vila. En la calle 12 de Novembro, María Vilas regenta una tienda especializada en ropa y artículos para bebé. Lo que se suele comprar en su establecimiento, Cash Baby, es "ropa pija, precisamente lo que viene la gente a vender". En su caso, no compra con opción de recuperarla más tarde, ya que "los clientes buscan deshacerse de los artículos una vez que su bebé ha crecido".

En ambos establecimientos los productos disponen de garantía de un año, por lo que el comprador puede confiar en el objeto que adquiere.

Por otro lado, en un pequeño local de Doutor Loureiro Crespo, hay una humilde tienda de ropa de segunda mano. Funciona a través de donaciones (es decir, no compran la ropa) y los precios de venta no suelen llegar a las dos cifras.

LOS OBJETOS. "Todo", responde Erundino Gómez al ser preguntado sobre qué se compra y qué se vende. "Lo que compramos, lo vendemos. Si compramos la cosa más rara que te puedes imaginar, siempre va a haber un cliente que quiera esa cosa". Desde coleccionistas (sobre todo, de vinilos) que visitan la tienda "hasta tres veces al día" para monitorear el precio del objeto en el que están interesados hasta personas que buscan productos especiales para ocasiones aún más especiales: en una tienda de Madrid se llegó a vender un féretro... en Halloween.

Cada vez son más las apps que ofrecen la puesta en contacto entre particulares que quieren vender las cosas que ya no usan. Vilas cree que el comprador valora el poder visitar la tienda y poder tocar y probar los productos antes de decidir si comprarlos o no.

Por su parte, Erundino Gómez asegura que siempre influye cualquier tipo de negocio, pero al igual que Vilas, opina que "detrás de esos sistemas no hay ni impuestos ni garantías", lo cual les favorece.

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