Castiñeiras se seca

La joya medioambiental se degrada más cada verano. Sin lluvias y con una grieta que le roba el caudal, el lago ha pasado de embalse a charco ►Las administraciones competentes y las comunidades de montes tratan de revertirlo
La tierra del fondo del embalse, prácticamente vacío, está cuarteada por la sequía
photo_camera La tierra del fondo del embalse, prácticamente vacío, está cuarteada por la sequía

Las fotos antiguas tienen la ventaja de mantener con vida los recuerdos del pasado. Muchos marinenses tienen en sus álbumes estampas que reflejan un Lago de Castiñeiras que poco o nada tiene que ver con el actual. La sequía que asola al elemento principal del parque ha provocado que el entorno vea reducido su número de visitantes, que gran parte de su fauna se haya extinguido y que su flora se degrade año tras año.

Los motivos por los que el caudal está en un nivel mínimo son fundamentalmente dos. Por un lado, las temporadas estivales poco lluviosas que se están registrando en la comunidad y, por otro, la grieta que desde hace años se formó en el lecho del lago y que provoca una pérdida constante de agua.

El Concello de Marín y las comunidades de Montes de San Xulián y de San Tomé de Piñeiro, propietarias de los terrenos, buscan el apoyo de Augas de Galicia para atajar esta situación de emergencia.

Hace unos meses, este departamento, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, inició un estudio para poner solución a la grieta, de cuyos resultados todavía no se sabe nada. Lo que sí se llevará a cabo "con carácter inmediato" es la limpieza de los lodos que se acumulan en la cabecera del lago.

Sin embargo, Augas de Galicia recuerda que, aunque continuará trabajando junto al Concello de Marín para la mejora del entorno, "os terreos son de propiedade privada", pero, tal y como apunta el presidente de la comunidade de montes de San Tomé de Piñeiro, Daniel Rosales, "nós o que non podemos é encargarnos do mantemento dun Parque da Natureza que é de uso social só cos cartos da entidade".

A la hora de actuar, añade que ellos pueden poñer a man de obra, porque temos brigada propia, pero a parte económica ten que vir das administracións".

Por su parte, la alcaldesa, María Ramallo, incide en la "urgencia de arreglar las grietas" y asegura que "varios organismos están tratando de reunir la inversión necesaria para reparar el lago". Sobre la limpieza del lodo, especifica que este es el mejor momento para realizarla, aprovechando el bajo nivel del agua y que estará en manos "de una empresa especializada".

La regidora apunta a la necesidad de que todos los actores implicados en la gestión del parque "vayamos de la mano". Es una cuestión con la que concuerda Daniel Rosales, que recuerda que hace tres años el mantenimiento del parque de Cotorredondo estaba conveniado con la Xunta de Galicia, pero que después esa cooperación se rompió.

INTENTOS DE MEJORA. En julio de 2016, el delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, visitó el Lago para anunciar un Plan de Rehabilitación, en colaboración con el Gobierno local, con el que se pretendía revalorizar la zona.

Augas de Galicia acometerá "con carácter inmediato" la limpieza de los lodos que se acumulan en la cabecera del embalse

Entre las mejoras que se llevaron a cabo destaca el ancheado de los caminos que cruzan el jardín botánico, la construcción de cunetas y la mejora del drenaje de las aguas pluviales, además de la instalación de nueve puentes de madera que mejoraban los accesos.

Asimismo, el Concello desbrozó la zona en diversas ocasiones y organizó batidas de limpieza.

No obstante, la actuación más relevante que se ha hecho en el lago en los últimos tiempos es la instalación de los famosos asadores, por los que se tuvo que esperar varios veranos, que han convertido a la villa en el único punto de Galicia en el que se puede asar en los meses de julio y agosto en un entorno natural.

Como contrapartida, Castiñeiras perdió el Centro de Recuperación de Especies, que se trasladó a Cerdedo- Cotobade. Por fortuna, sí se mantienen otras iniciativas, como el Castiñeiras Fest o algún que otro mercadillo.

POCOS VISITANTES. El punto de referencia medioambiental de Marín llegó a soportar una afluencia de 700.000 personas al año, una cifra impensable para estos tiempos.

Es verdad que los asadores animaron a la población, pero se teme que el invierno, largo y frío, vuelva a sumir Castiñeiras en el abandono, y más con un lago que, de no cuidarse, desaparecerá.

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